La Edad de Bronce, El beso, Manos de amantes, La avaricia y la lujuria, o Balzac, entre otras, son algunas de las obras que acoge esta espectacular exposición. La muestra está compuesta por 33 esculturas y 90 dibujos pertenecientes a las colecciones del Musée Rodin de París. A través de sus creaciones se nos muestran dos discursos paralelos, dos historias diferentes inevitablemente conectadas, que cuentan cómo el gran artista transformó para siempre la representación del cuerpo humano.
De la tradición clásica a la vanguardia
A Rodin se le puede considerar como el último gran escultor que marca la transición entre los grandes talleres clásicos y las vanguardias históricas. Algunos le califican como el escultor de la voluptuosidad por la tensión que establece entre el cuerpo, el deseo y obscenidad que aparece en muchas de sus obras. Se podría decir que Rodin subvierte para siempre la tradición clásica del desnudo.
Creaciones del artista
Lo que más llama la atención de las esculturas del artista francés es que, en general, carecen de tema. Rodin ha eliminado la narratividad del desnudo que durante el siglo XIX necesitaba revestirse de pretexto para ser aceptado por la sociedad. Salvo escasos bocetos preparatorios, los dibujos no aparecen en la vida del escultor hasta su madurez. Rodin comenzó a diseñar, de manera casi obsesiva y automática, una serie de dibujos eróticos que mostró siempre con gran naturalidad y les confirió el estatus de gran obra.
Con esta muestra se pretende recuperar el espíritu de las grandes exposiciones de Auguste Rodin en las grandes ciudades europeas del siglo XIX.
Más información: Fundación MAPFRE
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