domingo, 18 de mayo de 2008

El alcalde ha borrado de su lista a todos los colectivos que discrepan


RECOGIDO DE LA VOZ DE GALICIA

Da igual que se llame federación vecinal que colectivo de afectados por la depuradora del Lagares. Abel Caballero ha decidido imponer una política de mano dura con los colectivos discrepantes cuyos resultados todavía no son perceptibles. El actual alcalde no está dispuesto a tolerar protestas y quien la protagoniza queda marcado.

La potente Federación de Asociaciones Vecinales Eduardo Chao fue la primera en probar esta medicina. Sus recados fueron recibidos por Caballero nada más tomar posesión, pero lo que realmente molestó al alcalde fue su oposición al Plan Xeral. A partir de ahí intentó, sin éxito, retirarle ordenadores de la Mancomunidad. Al fracasar, optó por ir más lejos y los expulsó del local que ocupaban desde hace años en la calle Ecuador. Tampoco recibe a su directiva y ni mucho menos ha firmado el habitual convenio económico del que depende en gran parte la federación.

La misma dureza mantiene con los afectados de la depuradora, que se le encerraron dos veces, una en la planta y otra en el Concello. No los recibe ni tiene con ellos los gestos de amabilidad a los que estaban acostumbrados. Actitud similar mantuvo con los afectados por las expropiaciones de Renfe en Teis o por las antenas de móviles.

También ha descalificado a los responsables de la Confederación de Empresarios y Aproin cuando fueron críticos.

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