viernes, 9 de mayo de 2008

Giotto


Ciclo de frescos en la Capilla de la Arena en Padua (Capilla de los Scrovegni), escena



Estigmatización de San Francisco



Cristo en la cruz entre María y Juan



Ciclo de frescos en la Capilla de la Arena en Padua (Capilla de los Scrovegni), escena



Ciclo de frescos en la Capilla de la Arena en Padua (Capilla de los Scrovegni), escena




Piedad del Vaticano, detalle


Virgen con el niño



Tránsito de María





Florencia 1266 - 1337)

Angel Giotto di Bondone, pintor y arquitecto italiano del Trecento considerado uno de los primeros artistas que contribuyó a la creación del Renacimiento italiano.

Tuvo por maestro a Cimabue, quien le halló en cierta ocasión dibujando con carbón las ovejas que, como zagal, apacentaba. De su juventud datan las 28 escenas de la vida de San Francisco, que pintó para el cuerpo superior de la iglesia de Asís, siendo ya de un período más avanzado de su vida los frescos que pintó para el cuerpo inferior de dicha iglesia, con alegorías de las virtudes Pobreza, Castidad y Obediencia y la Apoteosis de los santos. Giotto trabajaba en Roma en los últimos años del siglo XIII; en 1298 ejecutó un cuadro de mosaico.

Pintó, además, en esta época en la tribuna de San Pedro, cinco escenas de la vida de Cristo, el cuadro mayor de la sacristía, y luego, en los muros de la antigua iglesia de San Pedro unas escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento que ya no existen. En San Juan de Letrán hay también un fresco de Giotto que representa a Bonifacio VIII anunciando el jubileo de 1300. Parece que después de su permanencia en Roma pintó los frescos Infierno y Paraíso, de Bargello, los cuales están muy deteriorados.

En 1303 Giotto decoró, en Padua, la capilla Scrovegni de la iglesia de Santa María de la Arena, con unos frescos que se distinguen por la excelente combinación de la arquitectura con la pintura y son escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, la Ascensión y, en el zócalo, figuras alegóricas que en el siglo XIV fueron preferidas por los artistas.

En 1328 el duque Carlos de Calabria le encargó un retrato suyo para el palacio de la Señoría y, por mediación de Carlos, le llamó a Nápoles (1330) el rey Alberto; pero las pinturas allí existentes y a él atribuidas, no son suyas, con todo y revelar su influencia.

En 1334 volvió a Florencia, siendo nombrado arquitecto de aquella catedral y de todos los edificios públicos. Empezó el decorado de la fachada, y en 1336 la construcción del campanario, a cuya terminación no sobrevivió. En el Museo Brera de Milán se halla el retablo representando a la Virgen con los ángeles.

Tanto en la técnica como en la aplicación del color fue un verdadero innovador; dio a los colores claridad y transparencia e introdujo en el arte pictórico una distribución de luz y sombras, moderada, amplia, y plástica.

Ennobleció las proporciones, dio a las figuras movimientos de vida y gestos lleno de expresión. Es, pues, uno de los más brillantes pintores italianos que transformaron la pintura no sólo variando el método y el procedimiento, sino que creó un ideal, haciendo un arte nuevo, dándole nueva expresión, pasión y vida; llenó sus cuadros de gracia suave, reemplazó las monótonas vestiduras por otras con arreglo a la edad, situación y sexo.

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