jueves, 25 de octubre de 2018

Francisco Ribalta



(Solsona, Lérida, 1565-Valencia, 1628). Pintor español. Catalán de origen, su formación primera la hizo en el entorno de El Escorial a la vista de obras y artistas españoles e italianos que allí trabajaron, captando las novedades más significativas de su arte. Elaboró así un estilo ecléctico que llegaría a conjugar la retórica de Cincinato, los atrevidos escorzos de Tibaldi o la gravedad de Bartolomé Carducho, con el dramatismo de Navarrete y los claroscuristas juegos de luz del mejor Cambiaso, aspectos que afloran sin disimulos en su producción. 
Primeramente ejerció su profesión en Madrid, entre 1585 y 1598, donde pintó obras religiosas y retratos, y donde casó y tuvo dos hijas y luego un hijo, Juan, en 1597, que con el correr de los años llegaría a ser pintor notable. En 1599 pasó a Valencia, seguramente alentado por las demandas artísticas del patriarca arzobispo Juan de Ribera. En Valencia permaneció el resto de su vida, ejerciendo una intensa labor y dando a su estilo un aire cada vez más personal que en su madurez alcanzó las más altas cotas de calidad en dirección al naturalismo. Al poco de llegar a Valencia quedó viudo y ya no volvería a casar.

 Entre 1603 y 1606 vivió en Algemesí, población al sur de Valencia, donde realizó varios retablos para su iglesia, entre ellos el mayor. Desde allí fue llamado por el arzobispo Ribera para realizar en su capilla de Corpus Christi el Retablo de san Vicente Ferrer (1605) y el gran cuadro de La Cena del retablo mayor (1606). 
A partir de 1610, coincidiendo con la expulsión de los moriscos (1609) y la muerte del patriarca Ribera (1611), su arte tomó un sesgo intimista y profundo, muy acorde con el talante más piadoso de la Contrarreforma, inspirándose en la gravedad solemne de ciertos modelos de Sebastiano del Piombo que conoció en la propia Valencia, los cuales supo compaginar con un lenguaje naturalista y directo para el que se mostró especialmente dotado. También su coloración se tornó más contenida y sobria, y sus figuras perdieron en gesticulación para ahondar en intensidad expresiva. Con él trabajó en la segunda década del siglo XVII su discípulo Vicente Castelló, que imitaba su estilo y llegó a casar con una de sus hijas, y su propio hijo Juan Ribalta que en 1615 ya firmaba obras, formando los tres un equipo artístico muy sólido y prolífico en el que a veces no resulta fácil distinguir sus individualidades.
 Luego, en compañía de Abdón Castañeda, este equipo ribaltiano operó hacia 1620 por Segorbe (Castellón), Jérica (Castellón) y Andilla (Valencia). Al parecer, Francisco Ribalta, sintiéndose enfermo en 1618, habría quedado en Valencia, según declaración propia, afrontando un pleito con la parroquia de San Andrés por negarse a aceptar el cargo de limosnero. En ese tiempo su producción decreció, pero se tornó más intensa y emotiva adentrándose en un naturalismo profundo de conmovedora fuerza según revela su gran cuadro Abrazo de san Francisco al Crucificado, pintado para los capuchinos de Valencia hacia 1622. Después de 1625, el equipo ribaltiano volvió a reunirse en Valencia con el viejo maestro para realizar el gran retablo de la cartuja de Portaceli, donde aflora la mano de Francisco Ribalta, de Juan Ribalta y de Vicente Castelló en un conjunto de calidad notable que en algunas partes parece que quedó sin concluir. En 1628 moría Francisco Ribalta y pocos meses después también moría su hijo Juan, dejando trazadas en la pintura valenciana pautas que perdurarían durante mucho tiempo condicionando los designios del estilo barroco.

Museo del Prado

JUAN RIBALTA



(Madrid, 1596/1597-Valencia, 1628). Pintor español. Hijo del más conocido Francisco Ribalta, Juan demuestra una personalidad artística muy singular que, partiendo del aprendizaje en el taller paterno, parecía dirigida a convertirle en uno de los más notables artistas españoles del siglo XVII. Su temprana muerte, sin embargo, truncó su prometedora carrera. Trabajando siempre en el obrador de su progenitor, firmó su primera obra en 1615, señalando con orgullo sus dieciocho años de edad.
Se trata de Los preparativos de la Crucifixión, muestra de su gran precocidad para hacerse cargo de un lienzo de tal complejidad de composición, así como el certero dominio de los modelos manieristas que había asimilado Francisco, aliñados con ciertos toques naturalistas. Ya Palomino advertía del grado de asimilación al que había llegado el joven Juan respecto al arte de su padre, señalando que eran difícilmente distinguibles salvo en la pincelada, «en que la manera del padre fue más definida, y la del hijo algo más suelta, y golpeada». 
La llegada de Pedro de Orrente a Valencia en 1616 se ha visto como estimulante para que Juan tomase varios préstamos del pintor murciano, ante todo el gusto por lo anecdótico y cotidiano directamente importados del taller de los Bassano. Todo ello dotará de un tono más amable a las obras de los años consecutivos. 1618 parece ser un año importante para Juan Ribalta, su boda le coloca en una posición económica más desahogada a la vez que parece implicarse todavía más en la dirección del taller paterno. También de ese año es la prueba más evidente de sus inclinaciones literarias, participando en la justa poética que se celebra en Valencia por las fiestas de canonización de Tomás de Villanueva. 
A partir de 1624 se aprecia el acento en un estilo más sobrio, seguramente influido por el mayor tono naturalista con el que está pintando Francisco por aquellos años. Muestra de esa pintura más rigurosa de los últimos años es la monumental figura del san Juan Evangelista del Prado, en la que el acercamiento naturalista refuerza su aire imponente. Juan Ribalta moría en Valencia en octubre de 1628, probablemente víctima del tifus, tan solo nueve meses después que su padre. Tres obras de este autor pertenecen al Prado. Dos lienzos con los evangelistas proceden de las colecciones reales -quizá adquiridos por Carlos IV en un viaje a Valencia a finales de 1802-, mientras que el San Juan Evangelista es adquisición de 1961 y carece de referencias anteriores

Museo del Prado

jueves, 18 de octubre de 2018

Karl Hubbuch




1891 Karlsruhe
† 1979 Karlsruhe

Karl Hubbuch nació en Karlsruhe en 1891 y asistió a la Academia Estatal de Bellas Artes desde 1908-1912. Luego se muda a la escuela del Museo de Artes Aplicadas de Berlín y se convierte en alumno de Emil Orlik. Un servicio militar de cuatro años interrumpe su educación. Hubbuch continuó sus estudios en 1920 en la Landeskunstschule en Karlsruhe como estudiante de maestría en la clase de grabados de Walter Conz.

 Entra en contacto con las obras de Georg Scholz y George Grosz. Aquí hay paralelos, sobre todo, en un nivel formal: la estructura de imagen combinatoria que consta de elementos en diferentes escalas y perspectivas y la separación de los motivos son bastante comparables. En 1922 el artista va a berlín. Aquí, Hubbuch, inspirado en Orlik y Grosz, recurre a la representación de la vida metropolitana, por lo que sus obras ahora también revelan opiniones políticas, sociales y críticas claras. En 1925 recibió una oferta para enseñar en la Landeskunstschule Karlsruhe y fue nombrado profesor en 1928. 

El artista  también se puede dedicar a la pintura al óleo, emerge enfatizando en hechos  y escenas cotidianas. Durante la década de 1920 y principios de la década de 1930, las obras de Hubbuch se han exhibido en numerosas exposiciones, entre ellas 1925 "Neues Sachlichkeit" en Mannheim. Hacia el final de los años veinte, el estilo de Hubbuch cambia de nuevo, lo que se manifiesta en las imágenes de caballete y lienzo en un estilo relajado, un estilo de pintura pastosa y una concepción más uniforme del cuerpo y el espacio. En 1933 es liberado en Karlsruhe y tiene que involucrarse en trabajos ocasionales. 
En 1947 retoma sus deberes docentes. Después de un año, se muda a la Academia y se convierte en profesor allí. A partir de 1957 el artista vuelve a trabajar freelance. Hubbuch trata ampliamente el trabajo de Max Beckmann en la década de 1950 y desarrolla un lenguaje de diseño expresivo. Al mismo tiempo  recurre  cada vez más al grabado en madera. En su última fase estilística de finales de los años cincuenta, Hubbuch se remonta a la década de 1930, es nuevamente el fisonomista social, que describe una clase   y crea los contextos sociales e históricos . También trabaja en repeticiones y revisiones de trabajos anteriores. El 26 de diciembre de 1979, Hubbuch muere en Karlsruhe.