Claudio José Vicente Antolínez (Madrid, noviembre de 1635 - Madrid, 30 de mayo de 1675) fue un pintor barroco español del Siglo de Oro.
Hijo de un modesto artesano, fue bautizado en la Iglesia de los Santos Justo y Pastor de Madrid el 7 de noviembre de 1635. Residió en la Corte toda su vida; fue al parecer de carácter algo vanidoso y se consagró sobre todo a la pintura de tema religioso; algunos rasgos de su estilo de pincelada ágil y desenvuelta parecen venir de Francisco Ricci; tomó de Velázquez la perspectiva aérea, pero fue influido sobre todo por los maestros venecianos, en particular el Veronés (lienzo de Esther y Asuero del Castillo de Helsingor, Dinamarca) y Tiziano, que pudo estudiar en la colección real y en la de su mecenas, el Almirante de Castilla. Fue, junto a Bartolomé Esteban Murillo, un gran especialista en pintar Inmaculadas Concepciones, cuya iconografía contribuyó a fundar junto al pintor sevillano; la más antigua conservada es la de la Colección March de Palma de Mallorca (1658); algunas de ellas se encuentran en el Museo del Prado y el Lázaro Galdiano. También sintió una peculiar predilección por el tema de la Magdalena (Magdalena penitente, Museo del Prado, y la del Museo de Sevilla, de 1673, acaso su obra maestra). De tema religioso es el Pentecostés del Museo de Bellas Artes de Bilbao, ambicioso y de apretada composición; marcado sesgo tizianesco posee el Martirio de San Sebastián (1673) del Museo Cerralbo. En el tema mitológico destaca La educación de Baco (1665). Se suele citar mucho El vendedor de cuadros (Alte Pinakothek de Munich) por su buen estudio de la perspectiva y por ser uno de los pocos ejemplos de tema social civil en la pintura española de esta épocal, pero es obra atribuida y acaso no sea suya; el apellido Antolínez que aparece como única firma puede corresponder al pintor sevillano Francisco Antolínez. También bastante insólito es el retrato colectivo de grupo a la manera holandesa del embajador danés Cornelio Pedersen Lerche (Museo de Copenhague), fechado en 1662; acaso se debe al influjo del pintor holandés Ter Borch, quien en esa época había visitado España.
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