A J.R. los calores que le entraron al comienzo de la primavera, todavía no lo han abandonado. Más bien al contrario, ahora que el sol aprieta de verdad en las islas se le han despertado todos los instintos. Lo que había comenzado como el síndrome del cazador se ha convertido en instinto depredador.
Se enamora de todas, apenas es capaz de seleccionar. Una porque es guapa, la otra porque es lista y la de más allá porque "le pone". El caso es que su cuerpo está en convulsión continua.
Todo esto le ha llevado a un problema. La próxima semana ha quedado con dos. Las dos le gustan, a las dos quiere pero su conciencia no le permite el engaño. ¿Que se puede hacer en estos casos?- pregunta. Yo sugiero "un trio", pero el enfadado me dice: "quita, ¿quieres que pierda a las dos?
¿Que tal una sesión de teatro y cena romántica con una y saltar las hogueras de San Juan con la otra?- Me dice
Vale, por lo que se entiende si se practica el OJOS QUE NO VEN CORAZON QUE NO SIENTE, ya no hay engaño... pero yo me pregunto ¿Es su ciudad tan grande para que no enteren las dos ocupantes del corazón de J.R.?
Continuará......
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