Ralph Albert Blakelock

La corriente romántica en el arte estadounidense encontró su máximo exponente en las creaciones expresionistas de Ralph Albert Blakelock, famoso por sus nocturnos bajo la luz de la luna. Nació en Nueva York en 1847, donde estudió y comenzó su carrera, siendo considerado el último pintor paisajista de la escuela del río Hudson. Hizo su primera exposición en la Academia Nacional de Diseño en 1868, exponiendo allí todos los años hasta 1873.

Su arte se basó esencialmente en escenas al anochecer, grandes árboles silueteados al contraluz de una puesta de sol o al resplandor de la luna y a menudo con campamentos indios.

Casado y con 9 hijos, el y su familia vivieron la mayor parte de sus vidas en la pobreza. Sufrió en 1981 una crisis mental y fue ingresado por una breve temporada y a partir de ahí su estado mental se fue deteriorando progresivamente, hasta que un episodio violento en 1899 dio lugar al internamiento en el hospital psiquiátrico estatal de Middletown en Nueva York hasta 1916. Fue diagnosticado de demencia precoz (esquizofrenia). Los síntomas más ostensibles de Blakelock eran delirios paranoides y de grandeza (afirmaba ser el Duque de York). También amenazó con asesinar a miembros de su familia. De mayor escribió, casi sin puntuación alguna "Si estoy loco no soy consciente de ello no soy un paranoico no estoy en edad senil ni tampoco chocho. Puedo silbar y cantar."

Fue entonces cuando una de sus pinturas se vendió en una subasta por 30.000 $, siendo esta la cantidad más alta pagada hasta entonces por un cuadro de un artista americano vivo. Debido a esta venta, el renombre de su obra aumentó enormemente. Fue conocido como el "Van Gogh americano" porque fue incapaz de vender sus pinturas antes de haberse convertido en psicótico. Ralph Blakelock murió a la edad 72 años en 1919.

Cuando murió el presidente de Wooddrow envió una nota de pésame a la familia de Blakelock. Irónicamente, después de su muerte, el interés por su pintura revivió, pero no sacó provecho particular su familia. Es triste decirlo, pero, al final su pintura fue comprendida y apreciada y sus cuadros se empezaron a cotizar de manera espectacular.