martes, 23 de febrero de 2010
Versos de un amante
Cae la luz que visita tu rostro,
amable y sincera tu mirada diáfana,
anhelando mis pupilas borrosas.
Y quisiera decirte para colmar tu rostro
de la poesía que viertes con cada sonrisa;
amanece tu voz, eterna primavera,
joven y clara, más hermosa que la aurora
que toca tus labios y se detiene.
Gracias a ti, amante infinita,
encuentro sereno las palabras que ayer
escaparon de mi mente fugitivas,
y soy capaz de decirte que te amo todo,
que soy interminablemente tuyo.
Me besas y te vas
a merced del viento,
paloma tempranera,
rompiendo el alba con tus alas errantes;
tu mano se agita inquieta.
Te vas,
paloma tempranera,
aunque permaneces intacta en mi alma,
donde reposa el rocío de tu boca.
Allende el mar que separa nuestros cuerpos,
esperan mis ojos tristes volver a verte.
Israel Gajete Domínguez
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