miércoles, 21 de julio de 2010

Una vida sobre el lienzo: Miquel Barceló 1983-2009



Bucear en los entresijos de creación de un artista es siempre una de las partes más interesantes -y menos accesibles- de la cultura. Miquel Barceló se "desnuda" en una exposición que, a través del grueso de su producción, muestra la experiencia de un artista que confiesa que su vida se parece a la superficie de sus cuadros. Una antológica que se convierte en todo un acontecimiento debido a la implicación del propio Barceló en su comisariado: 180 piezas escogidas, desde las creadas en los 80 hasta obras actuales de gran formato, que invitan al espectador a entrar y vivir la obra de Barceló en la sede CaixaForum Barcelona ( Cataluña, España ).

El aprendizaje y crecimiento del artista queda patente, de este modo, a lo largo de una muestra en la que están recogidos no sólo sus hitos artísticos sino incluso piezas experimentales y privadas, integradas por el propio artista en la exposición con el objeto de facilitar el acercamiento a su proceso creativo, a un recorrido que aborda "desde su relación con la naturaleza y la materia y su uso en su trabajo, hasta su evolución en la representación del mundo animal y el humano y sus viajes, físicos y mentales". Un periplo cuya metáfora, de alguna manera, se hace palpable en obras como La solitude organisative, creación que da título al evento y que, lejos de presentar una involución del propio Barceló, muestra, en formato autorretratístico, tanto la importancia que tiene la naturaleza en la obra de este artista como su paso a una "animalización" que es "un extremo de humanismo". La pieza, creada sobre una cubierta reutilizada proveniente de las obras de la Cúpula de la ONU, remite a un irónico proceso evolutivo en el que el autor ha descubierto un estado primigenio, y se acompaña de obras como la escultura monumental Gran Elefant dret, que desde el exterior del centro CaixaForum se constituye en una invitación para el visitante.



Más información: Obra Social Fundación 'La Caixa'La institución recuerda, así, el recorrido de un autor con el que ha establecido a lo largo del tiempo una relación estrecha y duradera, desde el año 82, en el que organizaría la muestra "26 pintores, 13 críticos: panorama de la joven pintura española" (en la que Miquel Barceló tuvo un papel muy destacado), hasta la actualidad, con una exposición retrospectiva que recoge los últimos 25 años de trayectoria de un artista cuyo prestigio ha crecido de forma exponencial en este periodo. El repertorio de piezas seleccionadas, muchas de las cuales fulminan la concepción tradicional de los diversos géneros artísticos, incluye obras clave de Barceló adquiridas por la institución, así como ejemplos de todas las etapas de su carrera. Las obras, de técnicas y soportes variados, se vertebran en torno a siete apartados principales, en cada uno de los cuales se ha llevado a cabo una exploración de los temas vitales y plásticos de Barceló: el mar, la materia, Dante, la conceptualidad, la naturaleza bruta, la búsqueda de la esencia, la experimentación e, incluso, el "arte autobiográfico".

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