Mencionarle a Mercedes Castro un nuevo retraso en la construcción del futuro hospital y encenderse es todo uno. «Lo que hay que pedirles a los políticos es sentido común», empieza diciendo para, a continuación, añadir que no debería hacerse ni una sola obra en la ciudad antes que esa. Ni AVE ni haba; no hay infraestructuras más urgentes que el hospital y la depuradora. A muchos vigueses nos da igual que la alta velocidad llegue un año antes o después, pero la prisa en asuntos de salud y saneamiento no tiene discusión», subraya.
Afirma no entender cómo en temas tan prioritarios, los políticos de distintos signos pueden enzarzarse en discusiones absurdas mientras el ciudadano sufre las consecuencias. «Que se pongan manos a la obra ya, porque si en una sociedad desarrollada como se supone que es la nuestra no tienes una población bien atendida y una ría limpia ¿de qué hablamos?», argumenta.
Sostiene Mercedes Castro que lo que sobran son posibles destinos para el actual edificio del Xeral, pero ella apuesta por transformarlo en geriátrico. «Sería perfecto para ese cometido. Entre otras cosas, ayudaría a acabar con esos guetos crueles en los que se está condenando a vivir a los mayores, siempre en las afueras de la ciudad. Los ancianos lo que necesitan es estar en contacto con los jóvenes, con los niños, poder salir a la puerta del geriátrico y estar rodeado de servicios, de tiendas, de restaurantes, de gente, de vida en definitiva, porque lo que estamos haciendo llevándolos al extrarradio es acelerar sus enfermedades y su muerte», dice con cierta rabia.
Remata con un pensamiento en voz alta sobre el dinero que se invierte en el Gaiás mientras se desatienden asuntos para ella vitales: «Es como si todos los gallegos tuviéramos un pozo de petróleo en casa que nos permitiera tirar el dinero. Es la mayor aberración».
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