En el s.XX, tiempo después de haber superado los artistas las limitaciones en la aceptación del oficio, lo multidisciplinar recuperará su espacio. Comenzando por un modernismo integrador y lúdico, hasta los movimientos de ruptura posteriores, en los que la mezcla será común, materiales, géneros y disciplinas se podrán encontrar relacionados nuevamente. Esta circunstancia deja al descubierto, en terrenos como la joyería, facetas desconocidas de grandes del arte como Braque, Picasso, Rodin, Max Ernst, Calder, Gargallo o Léger, creadores de exquisitas piezas que ahora pueden verse expuestas en el MNAC ( Barcelona, España ) en una muestra compuesta por alrededor de 300 obras procedentes de instituciones de todo el mundo.
El Museo Nacional de Arte de Cataluña recoge así un tema poco tratado en las salas de exposiciones de museos e instituciones españolas, que cuenta, sin embargo, con notables manifestaciones cuyo análisis contribuye a ampliar la comprensión de periodos en los que la concepción del arte era integral. Un recorrido en el que la piedra de toque, en un siglo recién inaugurado, será sin duda el modernismo; el movimiento que retornará a los orígenes catalanes y asumirá como motivos la naturaleza, la fantasía, la historia y la revolución industrial, supone uno de los mejores ejemplos existentes de arte en el que las diversas disciplinas serán complementarias. Una etapa en el que, en especial, la joyería experimentará un notable desarrollo, influido por la disposición de nuevos materiales y la recuperación de las formas preciosistas y las líneas naturales.
Una tendencia creativa que alcanzará hasta las primera vanguardias históricas y que incluirá a autores como Auguste Rodin, Hector Guimard, Josef Hoffmann, Josep Llimona, Serrurier-Bovy, Henri Van de Velde, Manolo Hugué, Paco Durrio, Xavier Nogués, Pau Gargallo, Max Ernst, Salvador Dalí, Georges Braque, Alexander Calder, Fernand Léger, Charlotte Perriand, Hans Arp, Man Ray, Pablo Picasso, Julio González o Henri Laurens, entre muchos otros. Representación que se materializa en el museo por medio de alrededor de 200 piezas, en su mayoría joyas, procedentes de fondos diseminados por el mundo entero, que ahora se exponen en diálogo directo con pinturas, esculturas, fotografías, tejidos y objetos de los mismos creadores con el fin de aportar un grano de arena más al universo de estos grandes artistas.
Más información: MNAC
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