jueves, 21 de enero de 2010

Isaac Díaz Pardo












Nació en la Casa da Tumbona, en la rúa das Hortas de Santiago de Compostela. Desde niño ha estado muy vinculado al ambiente artístico, ya que comenzó trabajando con su padre, el pintor, ilustrador y escenógrafo Camilo Díaz Baliño. Fue en su taller donde conoció a Castelao, Constantino Candeira, José Silva, Vicente Risco, Otero Pedrayo y Blanco-Amor. Cuando Isaac estaba estudiando el bachillerato, ayudó a su padre en la realización de carteles de propaganda del Plebiscito de Autonomía. En este mismo año, 1936, arrestaron a Camilo Díaz, asesinándolo en Palas de Rei. Tras este suceso, Díaz Pardo se vió obligado, a esconderse durante meses en la casa de su tío Indalecio en A Coruña. Un año más tarde comenzó a trabajar en una empresa de pintura industrial coruñesa para ganarse la vida.

En 1940 obtuvo una beca de la Diputación Provincial coruñesa que le permitió iniciar los estudios de Bellas Artes en la Academia de San Fernando en Madrid, aunque un año antes ya había expuesto por primera vez en la Asociación de Artistas de A Coruña. Durante su estancia en Madrid, visitó asiduamente del Museo del Prado, donde tomó numerosas notas para realizar sus pinturas. A partir de este momento, Díaz Pardo, comenzó a dedicarse de forma profesional y única a la pintura, y gracias a la beca Conde de Cartagena realizó un viaje por Italia que le permitió conocer a los renacentistas italianos, pintores que influyeron notablemente en su obra.

En 1942/43 trabajó como profesor auxiliar de dibujo de la Escuela de Bellas Artes de San Jordi de Barcelona, y en el año 45 se casó con la coruñesa Carmen Arias Montero, que también había realizado estudios en la Academia de San Fernando. Ésta fue la época más prolífica en la pintura de Isaac Díaz Pardo. Sin embargo, y a pesar de estos comienzos prometedores, su trayectoria pictórica fue corta, con dos momentos o etapas diferenciadas que decidió cerrar en 1948.

Sus primeras obras, marcadas por el clasicismo, son composiciones cuyo tema central es la figura humana, recreada en amplios volúmenes, y con gran protagonismo del dibujo. En la segunda etapa, sus cuadros pierden el clasicismo a medida que van conectando con el ideario renovador, reflejando una mayor preocupación social que en ocasiones llega a la denuncia.

Un año después de abandonar la pintura se inició el proyecto de Cerámicas do Castro, fundado en O Castro de Samoedo, en Sada (A Coruña), que sirvió de laboratorio para, usando la tierra del viejo Sargadelos, recuperar la experiencia iniciada en el siglo XVIII, uno de los primeros ejemplos del industrialismo capitalista en la península.

En 1955 viajó a Argentina, concretamente a Magdalena, donde creó una nueva empresa de cerámica. Este viaje fue fundamental para relacionarse con los artista gallegos en el exilio como Luís Seoane, Rafael Dieste, Arturo Cuadrado o Lorenzo Varela, y poder constituir con Luís Seoane el Laboratorio de Formas de Galicia, dedicado a la futura creación de una serie de empresas recuperadoras de la memoria histórica de Galicia, de las cuales se harán reales, en la década de los 70, el Complejo de Sargadelos, el Museo Carlos Maside, Edicións do Castro, el Laboratorio Geológico de Laxe, o el Seminario de Estudos Galegos, que actualmente siguen coordinadas por Díaz Pardo.

Además de todas estas actividades también cultivó el ensayo, la crítica, el teatro y realizó numerosos artículos periodísticos, principalmente de historia contemporánea y economía, trabajos que meritaron los numerosos premios recibidos como La Medalla de Oro de la ciudad de Santiago de Compostela en 1988, y el Premio das Artes e das Letras da Xunta de Galicia en 2003, entre otros. Asimismo, fue nombrado Doctor Honoris Causa por las Facultades de Biología e Historia del Arte de la Universidad de Santiago de Compostela en 1992, y en 2001 Arquitecto Honorífico del Colegio de Arquitectos de Galicia.

ref.http://fundacioncaixagalicia___

2 comentarios:

Miguel Dubois Thenaisie dijo...

Descansa: amigo Isaac. Longo período vital, de pintura, cerámica, escritua e moita sabedoría. Pocos coma tí poideran estar rodeados de tanta sabedoría. Eras homilde de faciana, pero sabio de corazón

Miguel Dubois

ines dijo...

Pois si, que descanse en paz o noso querido Isaac