La gran carrera
La huida
Odeon El tiempo suspendido
El certamen audiovisual es el único que se celebra actualmente en Vigo
- B. R. sotelino
El certamen audiovisual Secuencia Cero celebró ayer la clausura de su octava edición. Durante tres días, el Museo Verbum, inusualmente animado gracias a eventos como este, recibió a numerosos espectadores que se acercaron hasta la playa de Samil para disfrutar de cerca de una veintena de obras a concurso repartidas en sus habituales modalidades de videocreación, documental y cortometraje de ficción. el premio al mejor cortometraje documental fue para Odeón, el tiempo suspendido, de Jo Graell. El elegido como mejor cortometraje de ficción fue La huida, de Victor Carrey y la mejor videocreación: La gran carrera, de Kote Camacho. Al cierre de esta edición quedaba pendiente de saberse el premio del público, que se decidió a última hora de la noche con los votos de los espectadores.
Las obras a concurso (10 cortometrajes, tres documentales y seis videocreaciones) fueron seleccionadas entre más de 170 piezas llegadas de toda España y el jurado compuesto por los ganadores del año pasado, Gerad Freixes, Chema García Ibarra y David Muñoz, fue el encargado de decidir los ganadores de cada categoría. El secuencia Cero no tiene dotación económica pero empieza a tener renombre. Los premios, Trofeo Castaña, son siempre obras de artistas reconocidos. En este caso, del pintor Cecilio Chaves. Además se pudo en el Verbum una instalación del artista Pablo Silva titulada Monsketch y el fin de fiesta corrió a cargo del grupo musical Colectivo Oruga.
Polémica
Esta edición no ha estado exenta de polémica. A pesar de que la organización del certamen corre a cargo de un grupo de personas que lo hacen por amor al arte y prácticamente consiguen que el Secuencia Cero tenga un coste cero para las arcas municipales, la concejala de Cultura, Isaura Abelairas, manifestó la semana pasada durante la presentación del evento que este generaba para el Verbum un gasto extra de 4.000 euros en concepto de gastos de calefacción, conserjes y luz, como si el museo vigués, que cuenta con un presupuesto anual que ronda el millón de euros, no produjese el mismo gasto con o sin actividades extraordinarias.
El colectivo está formado actualmente por nueve personas que se conocieron haciendo un curso de audiovisuales. «Ninguno nos dedicamos a esto de forma profesional, pero todos somos fanáticos del cine, de la animación, la videocreación, etcétera. Como en Vigo no había nada, un día pensamos ¿y si lo hacemos nosotros? Y hasta ahora», contaba recientemente una de sus integrantes, Cristina Pan.
El evento ha logrado hacerse un hueco en el panorama nacional y cada año reciben centenares de obras llegadas de todo el país. Aunque están muy contentos con el espacio que les ceden el el Verbum, el año que viene les gustaría, además, poder extenderlo al centro, que se pudiera ver también en el Casco Vello para acercarlo más a la ciudadanía.
MUCHAS GRACIAS A TODOS
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