miércoles, 23 de junio de 2010
Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia-EXPOSICION
El Quattrocento florentino llega hoy a España de la mano del Museo Thyssen-Bornemisza ( Madrid ), guiada por algunos de sus artífices más famosos. Así, grandes como Botticelli o Pollaiuolo acompañan a Ghirlandaio en la presentación de uno de los siglos centrales de esplendor del arte , en una muestra que se articula en torno a un conjunto de 60 piezas representativas y a una obra ya icónica: el retrato de Giovanna Tornabuoni, "una ventana a la civilización florentina del primer Renacimiento"
Este recorrido por el arte de la Florencia del s.XV se articula en torno a una escogida selección de pinturas, esculturas y dibujos, así como manuscritos iluminados, medallas y objetos diversos que ilustran tres ámbitos fundamentales del arte y la cultura de esta época en la ciudad toscana: el retrato, el amor y el matrimonio, y la iconografía religiosa. Tres aspectos que quedan bien recogidos y representados en unos de los hitos de la Historia del arte: el retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni pintado por Domenico Ghirlandaio entre 1489 y 1490, pieza clave de la colección del Museo Thyssen que ahora se muestra en sus salas de exposiciones temporales junto a obras de otros grandes maestros del Quattrocento. Una "obra maestra absoluta dentro de la producción del artista [que] refleja de manera perfecta y hermosísima los ideales renacentistas del último cuarto del siglo XV".
Ghirlandaio recibirá el encargo de realizar un retrato póstumo de Giovanna por parte de su marido viudo, Lorenzo Tornabuoni, quien deseaba honrar la memoria de la fallecida. Esta obra se convertirá en un trabajo especial para Domenico, unido por un vínculo a la familia Tornabuoni y consciente de la importancia que la obra tomaría en su vida. Ambas circunstancias se traslucirán en la obra final, plena de belleza, armonía y delicadeza, a través de la cual Giovanna pervivirá convertida en un ejemplo de gracia y virtud. Y serán, precisamente, estos aspectos de su modelo -su belleza, su papel como esposa de Lorenzo y su virtud y devoción- los escogidos ahora para conducir esta exposición.
Así, el retrato florentino es analizado a partir de esta obra, en la que Giovanna reproduce modelos clásicos, no en una alusión arcaica del estilo sino en un intento de conexión con la dignidad y la idealización que el género permitía. Una tipología que en este s. XV irá perdiendo posiciones en favor del retrato de perfil en tres cuartos, ambos estilos bien ejemplificados ahora por obras como Retrato de una mujer de perfil (c.1475) de Piero del Pollaiuolo, Perfil de una mujer de Sandro Botticelli (correspondientes al tipo idealizado y arcaico), o Retrato de una mujer (c.1485) de Ghirlandaio y taller (ejemplo del segundo tipo, realista y próximo al espectador). Junto con esto, los esponsales y la devoción privada e iconografía sacra son tratados igualmente tomando como pretexto una obra que remite a un contexto cultural mucho más amplio, en la que pueden apreciarse detalles como el pequeño libro de horas de Giovanna y que permite un recorrido por obras excepcionales, como las adquiridas para la “chamera di Lorenzo, bella” del palacio Tornabuoni, cuatro de las cuales se exponen ahora en esta oportunidad única de visionarlas reunidas por primera vez en 500 años.
Más información: Museo Thyssen-Bornemisza
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