jueves, 18 de marzo de 2010

Juan Correa





Nació en la Ciudad de México hacia 1645 y murió en 1716. Su padre, de mezcla africana y española, era un cirujano de Cádiz y su madre, era una morena libre de la Nueva España
Se cree que fue discípulo de Antonio Rodríguez y por ello Correa desarrolló una producción en la que se manifiestan efectos de color y dinamismo academicista, propios de la pintura europea a su vez distinguible por los tonos dorados, la suntuosidad y un carácter eminentemente decorativo de la pintura


Sin embargo, Correa expuso su propio estilo que se determina a partir de dos etapas, según Elisa Vargas Lugo: su obra antes de 1680 en donde el pintor enfatiza los detalles; y el segundo periodo, después de ese año, donde sus composiciones tienden a profundizar en los elementos dinámicos.

Como se verá con Villalpando, los historiadores han situado lo mejor de su producción pictórica en los lienzos de la sacristía de la Catedral de México, que son La Asunción de la Virgen (1689) y La entrada de Cristo en Jerusalén (1691).


Asimismo, Correa se convirtió en gran devoto hacia la Virgen de Guadalupe, otorgándole numerosas representaciones en base a la calca de la imagen original que poseía.4 Podemos darnos cuenta aquí del desarrollo del sentimiento criollista y el constante pedido que se hacían de estas imágenes puesto que era necesario enfrentar el milagro guadalupano frente a la crisis que se avecinaba con los españoles. Correa representó por lo general a una Virgen de rasgos occidentales, pero morena en la que destacó, como en algunos de sus ángeles en otros lienzos, este tono oscuro. Sin embargo, Vargas Lugo apunta que las representaciones de Juan Diego tienden más a la fidelidad de los rasgos indígenas, como si el artista hubiera tenido interés en imprimir el carácter "realista" del indio.


Además, cabe aquí señalar que Juan Correa es la causa por la que generalmente se ven angelitos novohispanos, es decir, morenos o del "color quebrado". Elisa Vargas Lugo estudió con determinación estas figuras y ha expuesto una interesante hipótesis acerca de la influencia que recibió Correa por parte de su propia raza así como el querer incorporar las etnias oscuras -morenos y negros- dentro de la pintura colonial. La investigadora ubica concretamente la aparición de estos angelitos en la obra Niño Dios con ángeles músicos, en donde se observan un angelito de color negro y otro de color mulato


De esta manera, Correa habría querido manifestar plástica y públicamente la igualdad espiritual de la condición humana en términos del cristianismo. Cuestión muy interesante si fue que el pintor quiso reverenciar ya sea una crítica social o bien un deseo íntimo, personal o un sello característico de su obra.


Fuente:
Investigación y texto:
Gabriela de la O
Pintura Colonial Mexicana

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