miércoles, 24 de marzo de 2010

"Crimen y castigo"- EXPOSICION





El Musée d'Orsay ( París, Francia ) presenta "Crimen y castigo", una muestra que analiza la repercusión del tema criminal en las artes visuales y cuenta, entre sus múltiples "atractivos", con la recuperación de Madame Guillotine para el público general. Autores como Géricault, Degas o Cézanne acogerán, sólo en el país galo, toda la violencia de los dos siglos que medien entre la petición de la abolición de la pena de muerte en Francia en 1791 y su supresión ya bien entrado el s.XX. Un periodo, inaugurado por la revolución y sus sangrientas conclusiones, en el que el crimen se rodeará de un halo novelesco y la psicología se inmiscuirá en busca de una explicación.


Un discurso que comienza en el s.XIX con el Terror francés y sus repercusiones pictóricas: los mártires de la causa darán mucho juego en un contexto en el que el horror, la criminalidad y la sangre se teñirán de una épica que el propio romanticismo reafirmará. Así, surgen en este periodo grandes obras, y grandes mitos; David institucionalizará la muerte por la causa en la figura de un Marat que rompe esquemas, y la figura de la mujer asesina tomará cuerpo en Charlotte Corday, mano ejecutora de la facción girondina en el caso Marat. Un mito surgido al amparo de la Revolución francesa que, en el s.XX, aún pervivirá subvirtiendo los roles ejecutora/mártir, desde Baudry hasta Munch. Goya, quien vivirá la ocupación del país por las tropas francesas, dará a luz algunas de sus obras más tenebrosas e impactantes; Géricault se sentirá fascinado por el asesinato del diputado Fualdès; y autores como Delacroix latirán al ritmo de los prisioneros.

A partir de este momento, el asesino se convierte en el arte , auspiciado antes que nada por las grandes creaciones literarias de autores como Sade, Baudelaire o Dostoievski, en una figura que simboliza las pulsiones más oscuras del hombre, su ambigüedad, en reflejo negativo del héroe. Y el asesinato y el abuso sexual se convierten en uno de los temas recurrentes de un arte que busca sensaciones e imágenes, en muchos casos sobrecogedoras. Una estética de la violencia que, a finales del s.XIX, adquiere un nuevo matiz al tratar de racionalizarse causas y orígenes; así, en un momento de Ilustración, el crimen se sitúa igualmente bajo la lupa del raciocinio, demonizando determinadas fisonomías, razas y educaciones, exonerando al hombre de buena parte de su responsabilidad.

"Crimen y castigo" acoge estos dos siglos de violencia en el arte, desde que Le Peletier de Saint-Fargeau reclame la supresión de la pena de muerte en el s.XVIII hasta el 30 de septiembre de 1981, fecha del voto de su abolición en Francia. Dos siglos en los que la mayor parte de los grandes autores centrarán en un momento dado su atención en la representación del crimen, de Prud'hon a Valloton y su Némésis, de Géricault a Delacroix, pasando por las obras pictóricas, sumamente tenebrosas, de Victor Hugo, para llegar a las sillas eléctricas de Warhol.


Más información: Musée d'Orsay

No hay comentarios: