miércoles, 3 de marzo de 2010
Andrés de la Concha
Fue pintor, ensamblador y arquitecto. Su escuela pictórica es la sevillana donde aprendió con Luis de Vargas. En 1560 arribó a Nueva España. Realizó el retablo mayor de la Catedral de Antequera, hoy Oaxaca, que data de 1575. De la Concha se asoció con Simón Pereyns para realizar los retablos de Teposcolula, la antigua iglesia de Santo Domingo en la Ciudad de México así como aquel de la vieja Catedral Metropolitana y el de la iglesia de Huejotzingo, Pue. El retablo de esta última es el único que subsiste como prueba de su vida y obra. Andrés de la Concha también destacó en escultura, demostrando una especialidad en policromía y estofado de imágenes, la talla, el dorado y el ensamblaje de retablos.
Las obras más importantes de De la Concha son las que se encuentran en el retablo de la iglesia dominicana de Yanhuitlán en el estado de Oaxaca. En términos de Manuel Toussaint, las pinturas de dicho retablo manifiestan influencias italianas y españolas que delatan el realismo de las figuras. Dentro de la colección de la Pinacoteca Virreinal de San Diego en la Ciudad de México, se conservan dos de las obras más significativas de De la Concha: Santa Cecilia y La Sagrada Familia y San Juan.
Si seguimos el camino de su formación a través de lugares tan distintos como Toledo y Portugal, podremos notar las influencias artísticas que obtuvo a raíz de sus viajes. Bello es el rostro de la Virgen en La Sagrada Familia y San Juan, el cual nos remite al estudio de la figura humana que dictamina el Renacimiento. No obstante, la composición de la escena y en sí, el tamaño de la Virgen que no concuerda con la figura de San José, logra que la pintura manifieste ya un sentido manierista. Podemos notar una última característica del Alto Renacimiento que es la disposición de las figuras a base de triángulo, composición muy utilizada por Miguel Ángel y Rafael para resolver el mismo tema.
En resumen, De la Concha conserva de Flandes el colorido, en especial, las tonalidades azules, así como el alargamiento de ciertas figuras y la persistencia en el dorado; de Italia, expresa la composición armónica, la falta de detalles y una tendencia a las formas sensuales.
Pintura Colonial Mexicana
Fuente:
Investigación y texto:
Gabriela de la O
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