miércoles, 24 de junio de 2009

¿Olvidar a Rodin? La escultura en París, 1905-1914


¿Se atrevieron a olvidar a Rodin?

A partir del 26 de junio se podrá ver en las Salas Recoletos de la Fundación Mapfre (Madrid, España) la exposición “¿Olvidar a Rodin? La escultura en París, 1905-1914”. Organizada conjuntamente con el Musée d’Orsay de París, la muestra presenta más de 120 obras de destacados escultores, tanto clásicos como vanguardistas, que intentaron alejarse de la autoridad de que gozaba Rodin en el umbral del siglo XX.



A la búsqueda de nuevos caminos para la escultura

La exposición, lejos de ser una antológica de la escultura europea de principios del siglo XX, presenta obras de artistas que, aunque en sus inicios se sintieron fascinados por Rodin, denostaron luego el sentimentalismo, el vigor y el desasosiego de sus esculturas. El período comprendido entre 1905 y 1914 se abre con la obra de Maillol “Mediterránea” y llega hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Se trata de un momento crucial para el acontecer de la escultura, en el que artistas europeos como Lehmbruck, Bourdelle, Minne o Brancusi abogaron por la preeminencia de la forma, el distanciamiento expresivo y la geometrización, todo ello con el fin de alcanzar una estética esencialista. No obstante, la actitud “anti-Rodin” que mantuvieron estos artistas se ramificó según el estilo particular de cada autor. Así, por ejemplo, Maillol evoluciona dentro de su clasicismo y Brancusi se acerca al abstraccionismo mediante la eliminación del detalle.

La muestra es una perfecta oportunidad para contemplar la estatuaria de una generación de artistas, indefectiblemente condicionados por la obra de Rodin, a la búsqueda de nuevas sendas artísticas. En las figuras serenas y equilibradas de Maillol, en la expresividad del vacío de las piezas de Archipenko o en las sombrías estatuas alargadas de Lehmbruck se halla un viraje expresivo hacia el esquematismo formal y un cuestionamiento de las directrices que imperaban en el arte escultórico de aquel período. Como señala el historiador Albert E. Elsen “para la mayoría de los jóvenes artistas que buscaban su desarrollo y su identidad, el problema era Rodin”.

Más información: Fundación Mapfre

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