martes, 23 de junio de 2009

LOS PONGOS



Ayy vengo de la calle destrozada. No es que haya hecho los cien metros lisos ni nada de eso, es simplemente estresssssss. Estoy en un momento "busca papeles" y eso puede con MI CEREBRO ACRATA. Y llego a casa y echo un vistazo a los sitios que ya he repasado mil veces y me encuento ¡oh Dios! "dos pongos de navidad"...Necesito, por favor, que alguien me diga si los "pongos" tienen vida propia. Recuerdo que los "pongos enanitos" de Amelie si la tenían, por lo tanto a los míos les puede pasar lo mismo.

Supongo que ya sabeis de lo que estoy hablando. Los pongos son esas cosas imposibles que te regalan, tienes que dar unas gracias forzadas y despues hacen que te conviertas en una "hipócrita compulsiva", pues los tienes que esconder, pero tener a mano por si aparece por tu casa "el obsequiador".

El pongo más (podemos catalogarlo de espantoso) que me regalaron, " el obsequiador" me lo describió como ESCULTURA. Era una cosa de cerámica con cabeza de águila de la que salían otros animales, incluidos gusanos. Lo tuve unos días sobre un mueble, pero despues pensé que ponerlo fuera, en medio de unas plantas que tengo a la entrada. La idea de imaginarme a un ladrón saliendo con la "escultura pongo" debajo de la chaqueta, mirando para todos lados (tipo peli), pensando que había conseguido el mejor botín del mundo, me parecía algo maravilloso.

Pero los días pasaron y ni los ladrones se percataron de mi precioso pongo, hasta que una soleada mañana de domingo escucho unos gritos de alegria, era la voz de mi madre: ¡Y esa cosa tan bonita? (si, con los dos signos porque la entonación era entre admiración y pregunta).Corrí a la cocina, cogi una bolsa de plástico del super metí el tesoro dentro y se la colgué del brazo. Aquella mujer fue muy feliz, al menos por un día, hasta que se percató de que "a veces es mejor estar callada".

Y ahora vuelvo al tema de si los pongos tienen vida. A ver, que los dos ositos pintados de purpurina los guardé, no diría que bajo llave, pero casi, y hoy estaban en un mueble en el salón. Los acabo del volver a guardar y ni siquiera a vosotros os voy a decir donde. Si los "pongos ositos" vuelven a aparecer YA CREO EN LOS MILAGROS.

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