domingo, 28 de agosto de 2011

Modesto Brocos




Modesto nació en Santiago de Compostela el 9 de febrero de 1852 en el seno de una familia modesta dedicada desde antiguo al oficio del arte. Realizó sus primeros estudios en la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el lugar de Santiago en que podía recibir una educación artística de calidad. En 1871, con sólo 19 años de edad, emigró a Buenos Aires, donde trabajó como grabador en madera y cobre. Después fue a Río de Janeiro, donde ingresó en la Academia Imperial de Bellas Artes y empezó a publicar en el periódico O Mequetrefe.

En 1877 regresó a Europa y por dos años cursó estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de París, formación que prosiguió en Madrid en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. De esos años, 1879-1981, datan sus colaboraciones en La Ilustración Gallega y Asturiana de Manuel Murguía, que prestaba gran atención a los temas artísticos y culturales.

Regresó a Francia y enseguida marchó a Italia, donde por cuatro años frecuentó la Academia Gigi y la del Círculo Internacional, gracias a una bolsa de estudios que le concedió la Diputación de La Coruña por su cuadro Rebeca dando de beber a Eliezer: siempre dijo que le gustaba más París que Roma.Tras retornar a Galicia y obtener cátedra por oposición en la Sociedad en que había cursado sus primeros estudios, en 1890 estableció definitivamente su residencia en Brasil, donde formó parte del claustro de profesores de la Escuela Nacional de Bellas Artes.


Fue un pintor ecléctico que lo mismo cultivó el retrato que el paisaje, las escenas marineras y de costumbres que la pintura social o religiosa, "dibujante excepcional y retratista primoroso, capaz de penetrar en la sicología de sus personajes y darnos de ellos no la mera imagen exterior, sino su carácter", que escribe Francisco Pablo Holgado en Plástica gallega. Obtuvo varios premios, como el de Honor del Gobierno de Brasil por La rendición de Caín, y uno de sus cuadros, La tradición del apóstol Santiago, puede verse en la sacristía de la catedral compostelana, lo mismo que la obra maestra Las tres edades en la Diputación de La Coruña. Brasileño adoptivo, decoró la Biblioteca Nacional de este país y otros edificios públicos. Falleció en Río el 28 de noviembre de 1936, a los 84 años de edad.

Río y Sao Paulo han conocido grandes exposiciones de su obra y este mismo año, en Santiago, han podido contemplarse algunos de sus cuadros en la exposición "Pintores composteláns".

Escribió algún libro de arte, tal la Retórica de los pintores y otros en portugués, mas, como escritor de ficción, fue un auténtico auctor unius libri, sólo dio a la imprenta este Viaje a Marte en 1930, escrito dos años antes, a los 76 de edad, cercana a la del sepulcro que él mismo dijo. Dijo asimismo que en su juventud había sido autoritario y soñaba con imponer sus ideas por la fuerza a quienes no las compartiesen, para en su madurez preguntarse si no sería preferible conservar la organización del mundo tal cual era, contentándose con corregir sus defectos y dignificar sus instituciones: tal es la decidida intención de su obra.

Se trata de una novela ambiciosa, una utopía plenamente llevada a la práctica de la que se describe detalladamente todo cuanto va de una Constitución a unas Ordenanzas Municipales, pasando por los usos y costumbres de un pueblo entero, que ya no habita un aislado locus amemus sino todo un planeta: si no figura en las antologías de utopías socialistas se debe a su desconocimiento.

Hay que decir también que es una obra del más completo estatismo narrativo en aras del adoctrinamiento político-religioso. Sigue en buena medida la forma -plena de diálogos y, aún más, de monólogos interminables- del Telémaco de Fenelon, con un Feijóo que juega el rol de Mentor y un Brocos que desempeña el papel de Telémaco.



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