domingo, 7 de agosto de 2011

Jules Dupre


Jules Dupré fue un pintor francés nacido en Nantes en 1812 y fallecido en 1889. Estuvo en relación, aunque sólo episódicamente, con la Escuela de Barbizon integrada por pintores paisajistas y tuvo una relación fraternal, y en ocasiones tempestuosa, con Theodore Rousseau.

Hijo de un fabricante de porcelana comenzó su carrera trabajando para su padre en la decoración de porcelanas. En 1821 se trasladó a París, dónde trabajó para su tío, fabricante de porcelanas de Sèvres, que daba trabajo a Narciso Díaz de la Peña y Louis Cabat, con quien llegaría a tener una estrecha amistad. Estudió posteriormente con el paisajista Jean-Marie Diébolt, hasta que Cabat le convenció de abandonar la cerámica para dedicarse a la pintura de paisaje a pleno aire.

En 1831 expuso por primera vez en el Salón y marchó a Inglaterra donde estudió la pintura de Constable, que ejercerá una notable influencia sobre su obra posterior. En 1832 se reunió con Cabat en Berry y un año más tarde obtuvo una medalla de segunda clase en el Salón como pintor de género. Viajó luego a Normandía y al Departamento de Indra, entrando en contacto con los pintores de Barbizón y de la Escuela de Crozant, establecida en las proximidades de la residencia de George Sand, con quien mantuvo al parecer relaciones sentimentales. Hizo un intento de crear un salón independiente sin jurado, y en 1848 fue condecorado con la Legión de Honor, enfrentándole a Rousseau que no la recibió.

Finalmente se instaló en L'Isle-Adam consagrándose a la pintura de sus paisajes desolados y sus modestas casas campesinas. Tras la muerte en 1857 de Hélène Quantinet, que había sido durante muchos años su alumna y compañera, contrajo matrimonio con Stéphanie-Augustine Moreau, con quien tendría dos hijos, y comenzó a pasar las vacaciones en Cayeux-sur-Mere junto a Jean-François Millet. En 1881 el Estado le compró Le Matin y Le Soir, y en 1889 fue promovido a comendador de la Legión de Honor, muriendo un año más tarde en L'Isle-Adam.

El color de Dupré es sonoro y resonante; sus temas preferidos son los paisajes sometidos a efectos dramáticos a la puesta del sol o cubiertos por nubes de tormenta, junto a las marinas tempestuosas, algunas de las cuales pintó bajo la influencia de Gustave Courbet. Vincent van Gogh, con quien probablemente no llegase a coincidir nunca, mostró su admiración por la pintura de Dupré, en la que veía encarnada el alma del romanticismo.

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