viernes, 11 de abril de 2008

RAFAEL SANZIO










Madonna de la silla, escena




"Cardenal Inghirami" (1515-1516). Florencia.



"Bindo Altoviti" (1512-1515). Washington.



Retrato de Joana de Aragón

"Encuentro entre León el Grande y Atila" (1514). Vaticano, Roma.

Rafael Sanzio: "Los desposorios de la Virgen" (1504). Milán.

CRÓNICA DE UNA VIDA BREVE

Un hombre nace un 6 de abril de 1483 y muere de unas extrañas fiebres el día de su cumpleaños 37 años después. En tan breve periodo ha tenido fama, reconocimiento y gloria e incluso ha estado a punto de ser nombrado cardenal por el Papa. Esta es la trayectoria vital de Rafael Sanzio, uno de los paradigmas del arte renacentista, artista tan famoso y elogiado que aun hoy, sobre su tumba podemos leer un hermoso epitafio: "Aquí yace Rafael. Mientras él vivió la naturaleza se vio a si misma vencida, ahora que esta muerto ella tambien teme morir"

Rafael nació en Urbino, hijo de un padre pintor de cierto éxito que contribuyó a su formación artística, aunque de esta etapa de su breve vida no es mucho lo que sabemos. Muy probablemente fue discípulo del Perugino y tras los primeros años de preparación se trasladó a Florencia, donde lo encontramos independizado en 1504. Conoce en esa ciudad la obra de Leonardo y Miguel Ángel y va consolidando su propia trayectoria, como demuestra el hermoso cuadro de los "desposorios de la Virgen"

Su fama va creciendo, hasta el punto de que en 1508 el Papa Julio II le convoca a Roma, para decorar con sus pinturas un amplio conjunto de las denominadas "Estancias Vaticanas". Es en ellas donde pinta, entre otras obras, su famosa "Escuela de Atenas". Tiene ahora veinticinco años y su trabajo ha resultado tan del agrado del Papa que, muerto Bramante, es nombrado arquitecto pontificio, al cargo de las obras de la Basílica de San Pedro. Al mismo tiempo, Rafael trabaja para otros clientes y nos deja una serie de interesantes retratos. El siguiente Papa, León X, mantiene su predilección por el artista, de manera que éste continúa trabajando para la corte romana y los encargos que recibe son tan numerosos que debe rodearse de un amplio equipo de discípulos. Con ellos prosigue la decoración de las Estancias y atiende al programa de ornamentación de las Logias vaticanas, en las que sitúa escenas del Antiguo Testamento rodeadas por sus famosos grutescos.

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