martes, 11 de marzo de 2008
IMPRESIONISMO
Impresionismo
El Impresionismo es un movimiento pictórico surgido en París, Francia, a mediados del siglo XIX. Pero no fue hasta 1874 que el Impresionismo floreció. Un 15 de abril de ese año, un grupo de pintores quiso desafiar la exposición del Salón Oficial de París realizando una muestra paralela en los salones del fotógrafo Nadar. En total participaron treinta y nueve pintores con más de ciento sesenta y cinco obras. Se presentaron bajo el nombre de "Sociedad Anónima de pintores, escultores y grabadores". Entre ellos había artistas como Claude Monet, Pierre-Auguste Renoir, Edgar Degas, Camille Pissarro, Alfred Sisley, y Édouard Manet, entre otros. Curiosamente fue una obra de este último, el célebre pintor francés Manet, titulada “Impresión: sol naciente” pintada en 1872 la que bautizó esta corriente artística como Impresionismo.
El Impresionismo rompía con las leyes del academicismo, suprimiendo la perspectiva tradicional, la anatomía clásica y el claroscuro. Los autores de este movimiento rechazaron los colores oscuros para buscar la claridad, la transparencia y la luminosidad.
Fueron los pintores del Impresionismo los primeros en poner sus caballetes en plena naturaleza, concretamente en el bosque de Fontainebleau. Para Monet, Renoir o Pissarro, la naturaleza era una fuente de sensaciones puras, de efectos que se convertían en objetos de la pintura. El campo inicial del Impresionismo fue precisamente el paisaje. Si en un principio aplicaron los efectos de la luz a superficies reflectantes, como el agua y la nieve, muy pronto lo ampliaron a todos los elementos compositivos, como la figura humana, el cielo, los paisajes urbanos, entre otros.
La temática era uno de los principales motivos de discrepancia que tenían los pintores impresionistas con la sociedad de la época. Procedentes de una clase social popular, o próxima a ella, a los impresionistas les resultaba placentero retratar gustos y costumbres que les eran familiares. Por el contrario, los clientes de arte, pertenecientes a las clases burguesas y aristocráticas, estaban acostumbrados al idealismo y al reflejo de la sofisticación en los cuadros. Como consecuencia, la alta sociedad consideraba que los impresionistas estaban en guerra contra la belleza.
Los artistas del Impresionismo dedicaban un largo período de tiempo al estudio de la técnica pictórica. La plasmación de la luz era trascendental para ellos, ya que creían que los objetos sólo se veían en la medida que la luz incidía. La coloración de las sombras era otro aspecto importante en el Impresionismo, así como la repetición de tema con cambios de matices de iluminación, como única diferencia.
Pese a empezar como un grupo de artistas, a partir de 1886, cada uno de los pintores buscaron renovar el arte por sus propios medios y comenzaron a gozar de un modesto triunfo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario