miércoles, 14 de enero de 2009
Todas las historias del arte: Kunsthistorisches Museum de Viena
Obras maestras de Tiziano, Varnese, Tintoretto, Brueghel, Durero, Cranach, Velázquez, Rubens, Van Dyck o Arcimboldo, pertenecientes a la fastuosa colección del Kunsthistorisches Museum de Viena –que abraza piezas que viajan del antiguo Egipto, del clasicismo griego y romano, hasta el medioevo, renacimiento y barroco- se mostraran en el Guggenheim de Bilbao, en la exposición de una de las muestras pictóricas más importantes del mundo.
Colección imperial
El Kunsthistorisches Museum se inauguró con el objetivo de alojar la ingente cantidad de obras adquiridas por los Habsburgo desde mediados del siglo XV, durante el reinado del emperador Maximiliano I, hasta el fin del Imperio Austrohúngaro. Tal espacio contenía cinco siglos de historia en los que emperadores, diplomáticos, políticos y aristócratas acumularon obras de arte de un valor incalculable, el legado del gusto y amor de una familia imperial, no sólo por la pintura o escultura, sino también por artefactos antiguos, tapices, armaduras, monedas y objetos científicos de siglos pasados. La acumulación de dichas pinturas y objetos en el Kunsthistorisches a lo largo de todo un periodo histórico permite observar, además de la beleza inherente a las obras, el carácter de una época.
Seis secciones
La colección expuesta en el Guggenheim bilbaíno se articula en base a 6 secciones que corresponden a los géneros habituales de la historia del arte: la sección dedicada al retrato cuenta con obras de Velázquez, Van Dyck, Rubens e, incluso, con piezas del Antiguo Egipto y la Grecia clásica; en la segunda sección se abordan temas históricos, mitológicos y religiosos a través de pinturas de Tiziano o Durero, contando a su vez con esculturas de la misma materia; el desnudo constituye una tercera sección con obras de Veroneso o Spranger, a las que acompañan igualmente otras de Strozzi y Magnasco con escenas populares costumbristas; los bodegones y naturalezas muertas tienen representación gracias a la presencia de obras de Arcimboldo y Brueghel el Viejo entre otros, así como diversos objetos de las colecciones de los emperadores; finalmente, una última sección queda enfocada hacia el paisaje, tanto rural como urbano, de la mano de Paatinier o Belloto
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