martes, 20 de enero de 2009

Cómo Israel creó un estado de la nada



Judíos y palestinos de Galicia rezan por la paz en Gaza

El profesor Ignacio Álvarez-Osorio explica que «el proyecto sionista logró crear prácticamente de la nada el estado de Israel, gracias a la emigración de cientos de miles de personas en el curso del último siglo. Lamentablemente, este Estado se erigió sobre las cenizas de Palestina, de donde fue expulsada buena parte de su población», asegura.

Los datos son elocuentes. Ya en 1881 miles de judíos rusos y de Europa del Este huyeron de los pogromos y se instalaron en Palestina. Fue la primera aliyá o gran ola de inmigración judía y también el inicio de las tensiones con los palestinos, que veían cómo los recién llegados compraban tierras y creaban asentamientos agrícolas. Al final de la Primera Guerra Mundial, hacia 1917, Palestina tenía unos 600.000 habitantes, la inmensa mayoría árabes, y solo 60.000 judíos. Diez años más tarde, la población judía ascendía a 155.000 personas y en 1935 ya había 355.000.

La declaración Balfour, del 2 de noviembre de 1917, considerada la carta fundacional del estado de Israel, marcó un punto de inflexión que está en el origen del conflicto actual. En esa célebre carta dirigida por secretario del Foriegn Office a lord Rotschild, Gran Bretaña se mostraba favorable a la creación de un «hogar nacional para el pueblo judío» en Palestina, tras haberles prometido lo mismo a los árabes. «De esta forma, nacionalismo árabe y nacionalismo judío estaban destinados a enfrentarse en Palestina», escribe José U. Martínez Carreras en Los orígenes del problema de Palestina (Arco Libros). En 1922 la Sociedad de Naciones encomendó a Gran Bretaña el mandado (administración) de Palestina con el objetivo de preparar a sus ciudadanos para un autogobierno que incluiría el establecimiento de ese «hogar nacional» judío.

Para entonces solo había 82.000 judíos frente a 700.000 árabes. Ambas comunidades eran muy diferentes: dos tercios de la población árabe vivían en zonas rurales con una escasa relación entre sí, lo que hacía que el sentimiento de unidad nacional estuviera poco arraigado. Todo lo contrario que entre la comunidad judía, que estaba muy organizada, motivada y formada política y culturalmente.

La semilla del odio y la violencia estaba sembrada y sacudió a Palestina desde entonces. Tras la hecatombe del Holocausto, el proyecto sionista ganó y Ben Gurión fundó el estado de Israel el 14 de mayo de 1948. Los llamados «nuevos historiadores» israelíes, basándose en documentos desclasificados, sostienen que el sionismo fue un movimiento colonialista, similar a los europeos del siglo XIX, que combinó explotación y expropiación. También desmienten a los historiadores sionistas y aseguran que fue el Ejército israelí quien aterrorizó y expulsó a los palestinos en 1948, en el gran éxodo que provocó la salida de 700.000 de ellos.

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