sábado, 26 de abril de 2008
Hieronymus Bosch
Mesa con las escenas de los siete pecados capitales y las cuatro cosas últimas, escena
Subida al Calvario, detalle
Subida al Calvario, detalle
La curación de la locura (la operación de piedra)
El carro de heno, tríptico, panel central
El carro de heno, tríptico, panel central
El carro de heno, tríptico, panel central
El carro de heno, tríptico, panel central
El jardín de las delicias, panel central
El jardín de las delicias, panel izquierdo
El jardín de las delicias, panel izquierdo
La tentación de San Antonio
(‘S Hertogenbosch 1450 – 1516)
Jeroen Anthoniszoon van Aken, llamado Hieronymus Bosch o Jeroen Bosch, o en castellano Jerónimo Bosch, fue un pintor y grabador holandés.
De su vida se sabe muy poco. Su padre, Antonio, era pintor. Hacia 1477 se casó con Alead Van Meervenne, y al parecer no abandonó jamás su ciudad natal de cuyo nombre - ‘S Hertogenbosch- deriva el apellido por el que generalmente se le conoce. Alcanzó en vida gran fama, pintó para Felipe el Hermoso (1504) un Juicio final.
Solamente se conservan unos 40 originales suyos, pero varias composiciones perdidas se conocen a través de copias e imitaciones realizadas en el siglo XVI. Tanto en las pinturas de asunto religioso como en las de tema profano introdujo todo un mundo de seres, ora normales, ora monstruosos, presentadas en actitudes expresivas. La complejidad de los símbolos que utiliza dificulta a menudo la comprensión cabal de sus obras.
Su universo de desbocada imaginación, poblado de figurillas fantásticas que parecen surgidas de una pesadilla infernal (Tentaciones de san Antonio, museo de Amberes y de Lisboa; Juicio final, museo de Viena), anuncia el espíritu de Bruegel; incluso los temas religiosos (Coronación de espinas, Prado, Ecce Homo) están deformados por un cruel frenesí de gesticulaciones. Sin embargo, El Bosco es un minucioso observador de la realidad, con gran talento de dibujante, y su irrealismo se emparenta en último término con el espíritu sarcástico de los “fabliaux”, ridiculizador de los vicios (La extracción de la piedra de la locura, El carro de heno, El jardín de las delicias, Prado).
En El hijo pródigo (museo Boymans, Rótterdam), seguramente uno de sus últimos trabajos, parece que quiso representar el tema del libre albedrío, así como el de la soledad del hombre. Su fantasía burlesca sedujo a muchos aficionados, sobre todo en España, donde fue objeto de gran aprecio; Felipe de Guevara y el padre Sigüenza escribieron los primeros comentarios críticos que se conocen sobre El Bosco.
Y Felipe II reunió un crecido número de obras de este pintor, lo cual explica la relativa abundancia actual de pinturas de este maestro en España. Se conocen asimismo dibujos del Bosco, en los que se da la misma vivacidad de anotación que muestran sus pinturas y dejan traslucir aún más su agudo sentido de la observación de la naturaleza (El nido del búho, museo Boymans, Rótterdam). El arte del Bosco ha ifluido en muchos artistas del siglo XX, especialmente en los surrealistas.
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1 comentario:
Hola, Inés "con tanto arte", despois de pasar polo teu blog quérote invitar a coñecer este "El Jardín emboscado": boscomania.wordpress.com e a ver se te animas a participar!
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