François Boucher (París, 29 de septiembre de 1703 – París, 30 de mayo de 1770) fue un pintor francés, que gustó del estilo galante, propio de la época rococó.
Fue famoso por sus pinturas idílicas y voluptuosas de temas mitológicos, alegorías sobre pastores y por varios retratos de Madame de Pompadour. Uno de sus cuadros más conocidos es el Desnudo recostado (Alte Pinakothek de Múnich) cuya modelo se identifica como Mademoiselle Louise O'Murphy, de catorce años, una amante del rey Luis XV.
Nació en París el 25 de septiembre de 1703, hijo de Nicolas Boucher. Fue quizás el pintor decorador más famoso del siglo XVIII, con su estilo enmarcado en el arte rococó.
Tuvo un aprendizaje más bien accidentado, con varios maestros, y superó diversos obstáculos para triunfar. A los 17 años, fue aprendiz del pintor François Lemoyne, con quien sólo duró tres meses, antes de empezar a trabajar con el grabador Jean-François Cars; con él aprendió la técnica del aguafuerte.
En 1723, Boucher ganó el prestigioso Premio de Roma, pero por falta de plazas tuvo que esperar cuatro años para disfrutar de dicho premio, que consistía en un viaje de estudios en Italia, alojado por la Academia Francesa en Roma. Mientras esperaba poder efectuar el viaje, siguió trabajando en el taller de Cars, y así colaboró en una serie de grabados sobre dibujos del difunto Watteau, promovida por Jean de Julienne (1726-28). Finalmente, Boucher emprendió el viaje a Italia acompañando a los Van Loo, y el director de la Academia de Roma, Charles-Joseph Natoire, le recomendó representar paisajes tomados del natural.
Tras su regreso a Francia, en 1731, fue admitido en la Real Academia de Pintura y Escultura. Llegó a ser rector de tal academia y director de la Real Fábrica de tapices de los Gobelinos. El apoyo de la Marquesa de Pompadour fue esencial en su éxito. En 1765 fue nombrado Primer pintor del rey.
Su obra está inspirada en artistas como Watteau y Rubens.
Del primero tomó algunos temas, pero los representó con una energía
vital y un color más vivo que recuerda más a Rubens. De todas formas,
empleaba una pincelada bastante pulida y buscaba un acabado muy
detallista, sin la audacia de Rubens y más bien destinado a agradar a su
clientela cortesana. Muchos de sus cuadros eran de pequeño formato,
para estancias privadas y no para grandes salones oficiales, por lo que
estaban pensados para ser vistos de cerca y su superficie recuerda a la porcelana.
Sus primeras obras celebraban la tranquilidad de la naturaleza y la
evasión que otorga el campo. Su trabajo olvida la inocencia tradicional
del campesino, e impregna sus escenas con algo de erotismo, y sus
escenas mitológicas son apasionadas y amorosas, en lugar de las típicas
épicas.
La marquesa
de Pompadour, quien era sinónimo de arte rococó, era una gran
admiradora de la obra de Boucher, y son en los retratos de ésta donde el
pintor muestra más claramente su estilo. En cuadros como El almuerzo,
de 1739, muestra una escena familiar con gran maestría, usando a su
propia familia como modelos. Este estilo intimista contrasta con las
imágenes explícitas que pinta en los retratos de las odaliscas, como puede verse en el Desnudo en reposo. La cara de la mujer es la de su propia esposa (Diderot dijo que Boucher estaba «prostituyendo a su mujer») y, según leyendas, los glúteos son los de Madame de Pompadour.Además de sus cuadros, Boucher diseñó trajes para teatros, tapices, gobelinos y participó en la decoración de los palacios de Versalles, Fontainebleau y Choisy.
François Boucher murió el 30 de mayo de 1770 en París. Ha sido uno de los mayores exponentes del estilo rococó francés, al igual que su mecenas, Madame de Pompadour.
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