Gérard de Lairesse (Lieja, 1640 – La Haya, 1711) fue un pintor holandés, último maestro relevante del barroco de dicho país.
Es más célebre actualmente por el retrato que le hizo Rembrandt que por su propio arte, pero gozó de renombre en su época, en la segunda mitad del siglo XVII, cuando la pintura holandesa daba síntomas de decadencia tras la muerte de sus máximas figuras.
Nacido en Lieja, se instaló en Ámsterdam en 1665. Ese mismo año, Rembrandt pintó su célebre retrato (Nueva York, Metropolitan Museum), que nos lo muestra enfermizo, con la nariz deforme y demacrado, debido a una sífilis congénita. A pesar de su delicada salud, Lairesse llegó a vivir 70 años.
El arte de Lairesse se mueve en una línea clasicista, lejos de la tradición holandesa y más próximo a la pujante pintura cortesana francesa. De hecho, Lairesse contribuyó a la penetración del gusto francés en Holanda.
Apodado «el Poussin holandés», e incluso comparado con Rafael Sanzio, Lairesse produjo mayormente pinturas de gran formato, de mitologías y alegorías, aunque también tocó temas de la Biblia, si bien dentro de la misma estética artificiosa y monumental. Su estilo parece derivar de múltiples artistas italianos y franceses de una generación anterior, como Salvatore Rosa, Giovanni Benedetto Castiglione, Carlo Maratta y el ya mencionado Poussin, y conecta aún más con contemporáneos suyos como Charles Le Brun y Sebastiano Ricci.
Se pueden mencionar obras como: Alegoría de los cinco sentidos, de 1668 (Glasgow), Alegoría de la libertad del Comercio (La Haya, Palacio de la Paz) y Venus presentando las armas a Eneas (Amberes, museo Mayer van der Bergh).
Aunque pintó con evidente solvencia, Lairesse no fue tan hábil en el color como en el dibujo: introdujo tonos metálicos por medio de una pincelada pulida, creando contrastes un tanto duros. Su labor como grabador es acaso más estimada.
En 1690, Lairesse quedó ciego, por lo que a partir de entonces se dedicó a la teoría artística. Sus escritos se recopilaron en los libros Fundación del dibujo (1701) y El gran libro de la pintura (1707).
Radicado en La Haya desde 1684, falleció en dicha ciudad en julio de 1711.
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