Drag queens y transformistas, conviven con los saltimbanquis en Vila Nova de Gaia
«Los portugueses y los gallegos estamos diez años por detrás que el resto de los españoles en términos de erotismo». Con esta premisa, acuñada por el gerente de la cadena de restauración The Lingerie, arrancó el jueves en Vila Nova de Gaia el primer Festival Erótico-Medieval.
Ellos son los organizadores del encuentro con el que se pretende «cambiar mentalidades y promover el erotismo en Portugal y en Galicia», explicó Luis de Almeida. La mezcla semeja tan excéntrica como innovadora. Pero, habida cuenta de la proliferación de fiestas medievales que inundan los calendarios y salpican los municipios de la Eurorregión, era cuestión de tiempo que alguien las enfocara desde una perspectiva distinta. Nadie se la esperaba tan singular, aunque a sus promotores se les antoja lógica. Ellos, veteranos en eso de servir comida «picante», aseguran que «en la época medieval existía un fuerte componente erótico».
Nadie lo duda. O sí, pero la excusa es tan válida como cualquiera para asistir. Cientos de portugueses y decenas de gallegos se han acercado ya al recinto para comprobarlo, aunque el lleno se espera para el fin de semana. El primero en cruzar el Miño, ha sido Rubén Otero, quien asegura que se apunta «a cualquier tipo de evento o idea revolucionaria». No es de extrañar que se haya embarcado en ésta. Natural de Lugo, Rubén es el responsable del único servicio de gastronomía en el recinto de 5.000 metros cuadrados, ubicado detrás del restaurante «The Langeri» de Gaia.
Quince euros la entrada individual, veinte la pareja y acceso libre para todos los públicos (menores acompañados). En total 67 expositores de distintos países en los que se puede encontrar de todo lo que se pueda necesitar. Sus promotores acosejan vestirse de época, «para entrar en ambiente». En el del recinto, tres palcos en servicio desde media tarde hasta la madrugada. En el «G.L.S», el de gays, lesbianas y simpatizantes, drag queens y transformistas.
En el principal, shows de estriptís con «acróbatas vaginales» como Sonia Baby, cabeza de cartel del evento, que intentará batir un récord mundial al sacar 150 metros de cinta de sus partes íntimas. El tercero, solo para lesbianas. Hay además una zona habilitada para swingers, o intercambio de parejas y otra para presenciar las luchas de barro. El programa incluye por el mismo precio, una visita al picadero, con estriptís a caballo incluido o un recorrido por el zoco de las mil y una bebidas afrodisíacas y juguetes.
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