domingo, 9 de noviembre de 2008

LA GALICIA BONITA | LAXE -EL LUGAR DE LOS HOMBRES VALIENTES








LA GALICIA BONITA | LAXE

El lugar de los hombres valientes

Su faro, en una pequeña península, se convierte en un magnífico mirador sobre un buen trozo de la Costa da Morte

Autor:
CRISTÓBAL RAMÍREZ
En la misma bahía frente del puerto de Corme hay otro puerto llamado de Laxe, en el que entran embarcaciones grandes sin contradicción alguna pues ni en la bahía ni en el puerto hay batería ni castillo que pueda impedirlo. Tienen estas buen surgidero y toda comodidad; el lugar tiene 84 vecinos marineros, y es muy frecuentado de pescadores de todas partes en especial de catalanes que también hacen aquí su pesca de sardinas para fuera del Reino». Son palabras de un informe de hace más de dos siglos y, en algunos aspectos, Laxe, en plena Costa da Morte, parece seguir tal cual.

Pero si el pueblo en sí ?el Portozás de la muy conocida serie televisiva Mareas vivas? es un lugar que se merece una visita, la pena es que esa visita remate sin llegarse a un mirador natural de excepción: su faro.

La carretera, tirando a estrecha, serpentea un poco hacia el cabo o pequeña península que protege Laxe de parte de los vientos del norte y de los del oeste. Atrás, en el istmo, queda un área recreativa. Subida, vuelta y ante los ojos aparece un faro... de reducidas dimensiones. Porque esa instalación es, en efecto, lo menos importante del lugar, adornado con una muy bonita área recreativa de granito cuyas formas de indudable inspiración castreña permiten sentarse al abrigo de un viento. Lo importante es el paisaje.

Claro que tanta placidez, solo rota por el ruido que hacen las olas, tuvo sus momentos bajos: en 1747 el almirante Anson destruyó el puerto de Laxe y lugares inmediatos. Precisamente porque no había batería que defendiese a ese puñado de pescadores. A día de hoy no se encuentra a muchos voluntarios que resalten la valentía del británico George Anson al lanzar a su escuadra contra los marineros de Laxe, pero queda fuera de toda duda la de los habitantes de la villa. La misma que heredaron sus descendientes cuando van a pescar o bajan por el acantilado del faro en busca de percebes.

No hay comentarios: