lunes, 9 de junio de 2008

FERNANDO FRANCO- SALVESE QUIEN PUEDA


Foto- Paco y Lola

A QUIENES TENEMOS UN FUTURO DE ESCASO PORVENIR

Como cuando se abre un baúl lleno de polvo dejado por nuestros mayores en la buhardilla, así me sentí yo acuciado por una marea repentina de recuerdos cuando hace unos días una amiga de la infancia me envió unas fotos mías de hace más años de los que quisiera. En ellas aparecía en una etapa adolescente, uniforme y boina que delataba unos de esos campamentos de Acción Católica allá por la zona de Aldán y Menduiña, cara inocente y aún no maleada por la vida y, en una de ellas, el brazo sobre el hombro de mi madre de visita, aún no cuarentona pero que hoy ya pasó los 85¡Qué poder el de nuestra memoria! De súbito, sentí el aroma de la comida que hacíamos allá en la acampada, el polvo que se levantaba con el viento, el sonido de las marchas que cantábamos en nuestras caminatas o las risas de nuestros baños en la playa. Creemos que se ha ido todo fugaz pero sigue el pasado ahí, agazapado en una esquina del cerebro, dispuesto a despertar cuando queramos, Hummmm...siento el olor de las sopas maternas, el frío de aquellos inviernos y el roce de las sábanas de hilo de aquel tiempo en que Franco aún tenía para rato.

¡Vaya pinta, ahí con la bandera! Miro la foto y sé incluso que pensaba entonces ante aquella tienda de campaña que constituía el espacio soñado de nuestra primera emancipación del control paterno. Dentro de la misma, celosamente guardado estaba el album de cromos de Los Diez Mandamientos y unos tebeos de Hazañas Bélicas mezclados con otros del Capitán Trueno. Habíamos pasado ya el tiempo de las libretas de caligrafía de Rubio y del enamoramiento de una Marisol impúber por culpa de una Sofía Loren desabotonada que, en Orgullo y Pasión, aquella película en que el "glamour de Hollywood" y la España castiza se dieron la mano, nos hizo intuir a los niños de aquel tiempo que las mujeres eran algo más que madres y hermanas. Afuera sonaba la música enlatada del No-Do o el dúo Dinámico cantando "quince años tiene mi amor", poco antes de que, mientras jugábamos con los tubos del Cheminova, Viva la Gente viniera a España con sus canciones. Cuando me hicieron esa foto que ahora veo, la tele recién llegada nos empezaba a cambiar la vida, nos abria nuevos mundos y nos incitaba a soñar con el Virginiano o el agente CIPOL.

Se tardan 50 años de vida- me escribía un amigo- en darse cuenta de que los recuerdos, las ilusiones, los deseos, las pequeñas cosas de la existencia, los pequeños logros no son más que un mero mantenimiento, un pasatiempo en el que todos participamos, evitando escuchar ese ruido de fondo, ese murmullo, ese bisbiseo de velatorio..."Antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre, "escribía Garcilaso sugiriéndonos aprovechar la vida antes de que la fugacidad del tiempo nos cubra de canas los cabellos. Pero no hay nada peor que el pasadismo, exaltar la lejanía en el tiempo por un impulso compensatorio que huye de la realidad del presente. Y es que la memoria se inventa de muchas maneras. No podemos volver a esos 15 años porque no fue ayer, aunque parezca, aquel primer amor sino que por medio han pasado demasiadas cosas a través de las cuales nos hemos ido construyendo (o destruyendo, quién sabe)- No podemos corretear ya por las calles de aquel Vigo que en los años 60 tenía 115.000 habitantes, ni celebrar los domingos en aquellas grandes salas de cine hoy devoradas por la especulación. ¿Y qué? Vivamos lo mucho y bueno del presente.



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O amo!!!Fernando ten ese "toque" bohemio, de artista, que lle permite ve-la vida desde arriba.

Eramos veciños. El vivía pola Praza da Princesa ou na da Constitución. Seu pai, amigo do meu, tiña unha tenda debaixo de porticado, que non sei si aínda existe... Meus pais tiñan unha panadería no Paseo de Alfonso.

Lembro aínda con curiosidade que tanto no paseo de Alfonso coma en Elduayen había moita xente de Castela. Todos eran "Don" e "Dona" e no caso de solteiras "señorita", supoño que era porque eles mesmos defínianse así e tamén porque falaban un perfecto "castelán". Mesmo o que tiña un bar ao carón da miña casa era Don Valentín, era de Ourense pero vivira en Madrid uns anos e "a categoría xa lle cambiara". Meus pais eran Paco e Lola, e nos días de importancia chegaban a ser Francisco e Dolores.Claro que Lola era filla dun mariñeiro de Teis e a nai da Oliveira e o único que facía era traballar arreo.

A min, na cabeza dunha nena, chámabanme moito a atención aquela xente. Non falo do pai de Fernando, que aínda que era de Castela tamén, non sei se chegaría a Don ao ter unha tenda. As mulleres paseaban coa cara pintada, saían cos nenos, cousa que a miña nai non podía facer, pero o meu maior asomo foi cando Dona Visi trouxo un pavo andando, atado por unha pata, desde a Pedra ao Paseo de Alfonso, unha véspera de Nadal.

Contanme que cando me facían "a clásica pregunta" ¿Que quieres ser de mayor nena? Sempre respostaba o mesmo- EU SEÑORITA

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