miércoles, 5 de octubre de 2011

Narcisse-Virgile Díaz de la Peña


Narcisse Virgilio Díaz de la Peña (Burdeos, 25 de agosto de 1808 - Menton, 18 de noviembre de 1876) fue un pintor francés de padres españoles.

Huérfano con diez años, la fortuna no le acompañó demasiado en su infancia. Un reptil le mordió un pie en el bosque de Meudon cerca de Sèvres, donde se había instalado con unos amigos de su madre. La herida que le produjo no se curó bien y le amputaron la pierna. Más tarde su pierna de madera se hizo bastante famosa. Con 15 años ingresó en los estudios de Sèvres, donde se ocupó de la decoración con porcelana. Empezó además a pintar figuras ataviadas con vestidos de ricos colores; le interesaban las escenas turcas y orientales y muchas de sus mejores obras se corresponden a este período.

Al principio comenzó pintando figuras, pero más tarde pintaría sobre todo paisajes. Se le suele asociar con los pintores la escuela de Barbizon.




Por el año 1831 conoció a Théodore Rousseau, por quien profesó una gran veneración (Rousseau era cuatro años más joven), pero no fue hasta diez años después cuando Rousseau le enseñó sus técnicas. En Fontainebleau, Díaz encontró a Rousseau pintando sus cuadros de bosques y decidió imitarlo. Rousseau, por aquel entonces con una salud bastante débil, era casi inaccesible, se recluía en su casa y se dedicaba a despotricar contra el mundo. Díaz solía seguirlo sigilosamente hasta el bosque para observarlo y conocer su técnica pictórica; más tarde Díaz consiguió ser amigo de Rousseau, a quien le desveló su ansia por conocer su técnica, Rousseau, anonadado por su admiración, decidió enseñarle.



Díaz expuso en el Salón de París y fue condecorado en 1851. Durante la Guerra Franco-prusiana, se instaló en Bruselas. A partir de 1871, no paró de trabajar, su obra empezó a ponerse de moda y se granjeó una gran aceptación entre los coleccionistas. En 1876 murió en Menton, donde había ido a recuperarse de un resfriado que había cogido durante el entierro de su hijo.

Sus obras más admiradas son las escenas de bosques y tormentas. Muchas de las mejores se hallan en el Louvre y en la Wallace Collection, Hertford House. Tal vez sus obras más conocidas sean "El hada de las perlas" (1857), Louvre; "Ocaso en la floresta" (1868); "La tormenta" y "El bosque de Fontainebleau" (1870) en Leeds.

Díaz no tuvo discípulos de renombre, pero inspiró a pintores como Léon Richet o Jean-François Millet .



Este artículo incorpora texto de la Encyclopædia Britannica de 1911

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