Vicente Carducho o Vicenzo Carduccio - el apellido también se encuentra bajo la forma Carducci-, (Florencia; 1576 ó 1578 - Madrid; 1638); pintor de origen italiano, cuya actividad profesional la desarrolla en España.
Aunque nacido en Italia, se traslada muy joven a España siguiendo a su hermano Bartolomé, quien es contratado por Felipe II para la magna obra del Monasterio de El Escorial como pintor de frescos y retablos, y en cuyo taller aprendió el oficio. Tras la realización de diversos arcos de triunfo para la corte española, su primera gran obra es el retablo "Predicación de San Juan Bautista", para la Basílica de San Francisco el Grande, de Madrid, de concepción muy atrevida para la época.
Discípulo y ayudante de su hermano, tras la muerte de éste en 1609 adquiere su misma posición como pintor de cámara del rey encargándose de la decoración de la galería del Palacio Real de El Pardo con cuadros referentes a la hazañas de Aquiles.
En 1618, y ya como pintor del rey Felipe III, pintó el altar mayor del Monasterio de Guadalupe, dedicado a la Virgen de este nombre y situado en la provincia extremeña de Cáceres, entonces monasterio de la orden jerónima, que había tomado posesión del citado monasterio en 1389 y que lo ocupó hasta su exclaustración definitiva en 1835 (En la actualidad, y desde 1908, está ocupado por los franciscanos). Pintó también el retablo para el Convento de la Encarnación, en Madrid, entre 1613 y 1617.
En 1627 el rey Felipe IV convocó un concurso entre sus pintores de cámara con el tema "La expulsión de los moriscos en 1609", concurriendo al mismo Velázquez, Angelo Nardi, Eugenio Caxés y el propio Carducho. El premio fue para Velázquez, aunque no se conserva el cuadro con el que ganó. Lo único que se conserva de este concurso es un magistral esbozo de Carducho.
Se considera a V. Carducho uno de los principales precursores del realismo pictórico español, hasta la llegada de Velázquez fue V. Carducho la personalidad más influyente de la Escuela Madrileña, expuso sus concepciones artísticas en el libro Diálogo sobre la teoría de la pintura (1633). Además de sus trabajos para la realeza pintó en gran cantidad de templos eclesiales y conventos, destacándose las obras del Monasterio del Paular.
Pero la magna obra de Carducho, con la que escribe una de las páginas de gloria de la pintura universal, es la realización entre 1626 y 1632 de 54 grandes cuadros para cubrir otros tantos huecos en el claustro de la cartuja del Real Monasterio de Santa María del Paular, situado en el valle del Lozoya, en la vertiente madrileña de la sierra del Guadarrama. Estos cuadros, conocidos como la serie cartujana, le fueron encargados a Carducho por el prior Juan de Baeza, y narran la vida del fundador de la orden, san Bruno de Colonia, así como la historia de la orden cartuja. Con la desamortización en 1835 fueron repartidos entre diversos museos e instituciones de España, pero sorprendentemente - y tras muchas vicisitudes - se conservan 52 de los 54 cuadros del ciclo (dos se perdieron, probablemente quemados por los republicanos durante la guerra civil española, 1936-1939).
Tras la exclaustración de los cartujos en 1835, el monasterio estuvo abandonado hasta que en 1954 el Gobierno del General Franco lo cedió en usufructo vitalicio a la orden de San Benito. En la actualidad, ocho monjes ocupan la que es ahora abadía benedictina, pero que fue durante 450 años priorato cartujo. Conseguida recientemente la vuelta al monasterio de las dos sillerías del mismo, que se hallaban depositadas desde la desamortización en San Francisco el Grande, queda ahora por delante la hermosa tarea de devolver al Paular los 52 cuadros repartidos por España, una vez se solucionen los problemas de autorizaciones, seguridad y humedades en el claustro que están planteados.
Sobre este tema existe una espléndida obra monográfica en español, <
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