jueves, 23 de abril de 2009

Emile Munier














Emile Munier (Francia, 1840-1895)


Nació en París el 2 de junio de 1840. Su padre, Pierre François Munier, era un artista tapicero de la Manufacture Nationale des Gobelins, y su madre, Marie Louise Carpentier, era pulidora de cashmere en un molino de telas.

Emile y su hermano mayor François Joseph, nacido en 1839, iban a la escuela comunal local. Su hermano menor, Florimond Louis, nació el 11 de septiembre de 1851. Por esos años la riqueza familiar había mejorado mucho, lo que permitió que todos los hermanos se matricularan en una buena escuela. Los tres compartían desde muy jóvenes un gran interés por la pintura, tanto que entre ellos se regalaron, cuando contaban entre 13 y 14 años, unos autorretratos. El de Emile está fechado en 1854.

Emile Munier asistía a clases de dibujo, pintura, anatomía, prespectiva y química, pero siempre en relación con el teñido de lana, dirigiendo sus estudios hacia el arte de la tapicería para seguir los pasos de su padre. Clases de flores y ornamentos, de química, de ingeniería y de manufactura eran también complementos para seguir ese camino.


Durante ese periodo Emie conoció a Henriette Lucas, hija Abel Lucas, profesor suyo, y se casaron el 10 de agosto de 1861 en la capilla de Gobelins. Emile Munier era en aquel entonces un artista de la tapicería, sin embargo pintaba también al lado de su suegro pintura de corte académico. En la década de 1860, y gracias a los avances que fue cosechando en ese camino, Munier recibió tres medallas de las Bellas Artes, exponiendo en el Salón de Bellas Artes en el año 1869. Munier era un gran admirador de los académicos y seguidor de Bouguereau, a quien imitaba a la hora de crear sus propias obras.


El 28 de agosto de 1867 Henriette dio a luz a un niño al que llamaron Emile Henri. Aproximadamente diez semanas después del nacimiento de su hijo, Henriette contrajo reumatismo severo y murió prematuramente. En 1871 Munier abandonó su carrera en el Gobelins y se dedicó solamente a la pintura, actividad que completaba dando clases tres noches a la semana.


Emile pronto se volvió a casar con una joven profesora de pintura, Sargines Angrand-Campenon, célebre retratista, junto a quien montó un estudio en París, cerca de los estudios de Fantin-Latour y Corot. Por aquel tiempo, Emile entra en contacto por fin con Bouguereau, convirtiéndose en alumno suyo. Esta relación se entrechó tanto que logró ser muy amigo del artista que más admiraba.

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