Jean-Baptiste Greuze (1725, Tournus – 1805, París) fue un pintor francés.
Tras realizar sus primeros estudios de pintura con Grandon en Lyon, Greuze se fue París en 1750 y entró, como alumno de Natoire en la Academia Real. En 1755, su cuadro Padre de familia explicando la Biblia a sus hijos obtuvo un gran éxito. Su popularidad se confirmó con otros cuadros melodramáticos y Diderot le elogió por la moralidad de sus imágenes. Su Séptimo-Severo reprochando a Caracalla el haber atentado contra su vida (1769) le permitió ingresar en la Academia en 1769.
Greuze pintó numerosos retratos y recibió algunas críticas por sus pinturas libertinas. Pintó, asimismo, diferentes temas alegóricos: La Ofrenda de amor (1769), mitológicos: Dana; o religiosos: Santa María la Egipciana; pero no tuvieron repercusión alguna.
La Revolución Francesa de 1789 pone de moda lo antiguo y las pinturas de Greuze caen en el olvido, obligándole a vivir de sus clases. El retrato de Napoleón Bonaparte, que le encargó en sus últimos años, no evitó que muriera en la miseria.
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