domingo, 5 de octubre de 2008

El inglés Rutherford llega a la Academia Galega ´fascinado´ por la retranca


John Rutherford, flanqueado por Ramón Villares y Darío Xohán Cabana

Divulgador de la literatura patria en su país, es ya miembro honorario tras medio siglo de dedicación a Galicia

FARO DE VIGO
REDACCIÓN / SANTIAGO El hispanista inglés John Rutherford, traductor y divulgador de la literatura española y gallega en su país, ingresó ayer como académico honorario en la Real Academia Galega (RAG), después de medio siglo de vinculación profesional y afectiva a Galicia.
Profesor en Oxford, traductor al inglés del Quijote o La Regenta, de Castelao o Méndez Ferrín, Rutherford pronunció un discurso en el que recuerdó su llegada a Galicia en 1958, concretamente a Ribadeo, en un intercambio cultural, lo que cambió su vida porque, además de despertar su pasión por la cultura popular, conoció a su mujer.
Desde entonces, su vida ha sido "un peregrinaje laico hacia una comprensión del fascinante misterio que encontré en la cultura gallega", que trata de descifrar en su discurso de entrada en la RAG, titulado "O fermoso sorriso de Daniel", que hace referencia a la enigmática sonrisa de una figura del profeta en el Pórtico de la Gloria de la catedral compostelana.
Viajero infatigable y amante del camino de Santiago, Rutherford comenta que desde que llegó a Galicia sintió auténtica "fascinación" por su cultura y, más concretamente, por su sentido del humor y la especial manera de entender la vida entre gallegos.
En Galicia "hay una cultura popular muy profunda y una manera de pensar que yo desconocía" cuando descubrió la costa de Lugo, que le hizo quedar prendado de la "finísima ironía", una retranca "que no había encontrado en ningún sitio y difícil de entender para un inglés".
En su país, "el sarcasmo es fácil, enseguida te das cuenta de lo que te quieren contar", pero enfrentarse a la retranca resulta "más complicado, porque es más inteligente, te cuesta saber lo que te quieren decir, o si te quieren decir algo", comenta Rutherford en un perfecto gallego.

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