No hay mejor ocasión ni un lugar más apropiado: en Madrid, mientras el recinto ferial de Ifema acoge la celebración de la feria de arte más importante de España, Arco, la Fundación Telefónica entregará los premios de su certamen VIDA, que se ha consolidado como uno de los galardones más prestigiosos en el ámbito del media art, reflejando el interés creciente de los artistas por la cada vez más difusa frontera entre las nociones de vida y vida artificial. Arco, que este año celebra su 30 aniversario, reúne en esta edición a 197 galerías procedentes de 21 países diferentes. Menos galerías que en años anteriores, nueva dirección y una llamada a la estabilización del sector del arte y las galerías. La feria, que se inauguró ayer, permanecerá abierta hasta el próximo domingo 20 de febrero.
En esta ocasión, el Primer Premio ha recaído en Sensitive to Pleasure de la italiana Sonia Cillari, una performance interactiva que se lleva a cabo dentro de un sofisticado entorno de sensores en el que los movimientos del público alrededor de una modelo desnuda se traducen en impulsos eléctricos sobre el cuerpo de la propia artista. En Plantas nómadas, el Segundo Premio, el mexicano Gilberto Esparza construye un bio-robot autosuficiente capaz de obtener energía a partir del tratamiento del agua que recoge en manantiales contaminados. El neozelandés Julian Oliver ha recibido el Tercer Premio por Psworld, una obra que describe la secuencia de dependencias entre un sistema informático y un hábitat de microorganismos.
Por último, se expone el proyecto Ciudad Nazca del peruano Rodrigo Derteano, que recibió en 2008 el Premio de Incentivo a Producciones Iberoamericanas VIDA 11.0 y en el que el artista traza con surcos sobre la superficie del desierto una ciudad imaginaria partiendo de los datos de crecimiento de las ciudades costeras del Perú.
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