martes, 8 de febrero de 2011
Angélica Kaufman
Maria Anna Angelika/Angelica Katharina Kauffmann (30 de octubre de 1741 – 5 de noviembre de 1807) fue una pintora suizo-austriaca.
Nació en Chur (Cantón de los Grisones, Suiza), pero creció en Schwarzenberg en Vorarlberg (Austria), de donde era oriunda su familia. Su padre, Johann Josef Kauffmann, era pobre y un pintor bastante mediocre, pero aparentemente muy bueno enseñando a su precoz hija. Pronto aprendió varios idiomas, leía incesantemente, y mostraba un destacado talento como música. Su mayor progreso, no obstante, era en pintura; y al cumplir los doce años se había hecho famosa, de tal manera que obispos y nobles posaban para ella. En 1754 su padre se la llevó con él a Milán. Posteriormente se repitieron más visitas a Italia, de larga duración: en 1763 visitó Roma, regresando de nuevo en 1764. De Roma marchó a Bolonia y Venecia, siendo festejada en todos los lugares a los que iba, tanto por su talento como por su encanto personal.
En agosto de 1764 Winckelmann escribió desde Roma a su amigo Franke, y menciona la excepcional popularidad de la pintora. Estaba entonces Angelica pintando su retrato, de medio cuerpo, del que también hizo un aguafuerte. Hablaba italiano, además de alemán, dice Winckelmann; e igualmente se expresa con facilidad en francés e inglés, y como resultado de este último talento era una retratista popular entre los ingleses que visitaban Roma. «Puede considerársela bella», añade, «y cantando puede igualarse a nuestros mejores virtuosos».
Estando en Venecia, Lady Wentworth, la esposa del embajador inglés, le pidió que la acompañase a Londres. Una de sus primeras obras fue un retrato de David Garrick, expuesta el año de su llegada en el «gran salón del Sr. Moreing en Maiden Lane». El rango de Lady Wentworth le abrió las puertas de la sociedad, y fue bien recibida en todas partes, mostrándole especialmente un gran favor la familia real.
Su amigo más fiel, sin embargo, fue Sir Joshua Reynolds. En su cuaderno de notas, aparece con frecuencia el nombre de la pintora, como Miss Angelica o Miss Angel, y en 1766 él la pintó, un cumplido que ella devolvió con su Retrato de Sir Joshua Reynolds. Otra prueba de su intimidad con Reynolds se encuentra en su variación de la obra de Guercino titulada Et in Arcadia ego, un tema que Reynolds repitió unos años más tarde en su retrato de la Sra. Bouverie y la Sra. Crewe.
Cuando, alrededor de noviembre de 1767, ella fue cogida en una trampa para casarse clandestinamente con un aventurero que pasaba por ser un conde sueco (el Conde de Horn), Reynolds ayudó a liberarla. Es sin duda alguna debido a los buenos oficios de Reynolds que Angelica fuese una de las fundadoras de la Royal Academy, estando entre los firmantes de la famosa petición al rey para que estableciera una Academia Real de Pintura y Escultura. En su primer catálogo de 1769 ella aparece con «R.A.» después de su nombre (un honor que compartió con otra mujer, Mary Moser); y contribuyó con Entrevista de Héctor y Andrómaca, y otras tres composiciones clásicas.
Su amistad con Reynolds fue criticada en 1775 por el académico Nathaniel Hone en su cuadro satírico El prestidigitador, en el que atacaba la moda del arte renacentista italianizado; ridiculizaba a Reynolds, e incluía una caricatura desnuda de Kauffmann, más tarde Hone pintó por encima. La obra fue rechazada por la Royal Academy.
Desde 1769 hasta 1782, Angelica exhibió sus pinturas en la exposición anual, enviando a veces hasta siete cuadros, generalmente con temas clásicos o alegóricos. Una de las más notables fue Leonardo expirando en los brazos de Francisco I 1778. En 1773 fue escogida por la Academia, con otros, para decorar la Catedral de san Pablo, y fue ella quien, con Biagio Rebecca, pintó la antigua sala de lectura de la Academia en Somerset House.
Sus mejores trabajos eran los de pintura de historia, la categoría más lucrativa dentro de la pintura académica del siglo XVIII. Bajo la dirección de Sir Joshua Reynolds, la Academia hizo un gran esfuerzo para promocionar la pintura de historia entre un público, el inglés, que estaba más interesado en encargar y comprar retratos y paisajes. A pesar de la popularidad que Kauffmann disfrutaba en la sociedad inglesa y su éxito como artista, estaba decepcionada por la relativa apatía que los ingleses sentían hacia la pintura de historia. Al final, abandonó Inglaterra y marchó al continente, donde este género estaba mejor establecido, estimado y pagado.
Es probable que su popularidad declinase un poco como consecuencia de su desafortunado primer matrimonio; pero en 1781, después de la muerte de su primer marido (del que estuvo separada durante largo tiempo), se casó con Antonio Zucchi (1728–1795), un artista veneciano por entonces residente en Inglaterra. Poco después ella se retiró a Roma, donde se hizo amiga, entre otros, de Johann Wolfgang von Goethe, quien dijo que ella trabajaba más duro y lograba más que ningún otro artista que él conociese, pero siempre impaciente, quería hacer más (Viaje italiano de Goethe, 1786-1788) y vivió durante 25 años con gran parte de su antiguo prestigio.
En 1782 murió su padre; y en 1795 su marido. Siguió contribuyendo a la Academia de manera intermitente, exponiendo por última vez en 1797. Después de esto es poco lo que produjo, y en 1807 murió en Roma, siendo honrada con un espléndido funeral dirigido por Canova. Toda la Accademia di San Luca, con numerosos eclesiásticos y virtuosos, la siguieron hasta su tumba en San Andrea delle Fratte, y, como en el entierro de Rafael, dos de sus mejores pinturas fueron llevadas en procesión.
Las obras de Angelica Kauffmann no han conservado su reputación. Tenía cierto talento para la gracia, y considerable habilidad en la composición. Pero sus figuras carecen de variedad y expresión; y sus hombres son mujeres masculinas (merece la pena destacar que, en aquella época, las artistas femeninas no tenían acceso a modelos masculinos). Su colorido, sin embargo, queda bastante bien definido por Gustav Friedrich Waagen como «alegre». En 1911 podían verse habitaciones decoradas por su pincel en varios alojamientos. En Hampton Court había un retrato de la duquesa de Brunswick; en la National Portrait Gallery. Otros cuadros suyos se conservan en París, Dresde, en el Hermitage en San Petersburgo, y en la Alte Pinakothek de Múnich. El cuadro de Múnich es otro autorretrato; y hay un tercero en la Galería de los Uffizi en Florencia. Unas pocas obras suyas en colecciones privadas se exponen entre los Antiguos Maestros en Burlington House. Pero quizá sea conocida sobre todo por los numerosos grabados a partir de sus dibujos hechos por Schiavonetti, Bartolozzi y otros. Los de Bartolozzi especialmente aún encuentran un favor considerable entre los coleccionistas.
Charles Willson Peale (1741-1827), artista, patriota y fundador de una de las principales dinastías artísticas de los Estados Unidos, puso a sus hijos nombres de grandes artistas europeos, incluyendo a una hija, Angelica Kauffman Peale. Su vida fue escrita en 1810 por Giovanni de Rossi. También se ha usado como inspiración para una novela romántica de Leon de Wailly (1838) y provocó la encantadora novela con la que la Sra. Richmond Ritchie contribuyó a la revista Cornhill Magazine en 1875 titulada Miss Angel.
En 2007 el correo austríaco emitió un sello postal coincidiendo con el 200 aniversario de su fallecimiento, ilustrado con su Selbstbildnis in Wäldertracht ('Autorretrato con traje típico de Vorarlberg') de 1781, que se encuentra actualmente en el Museo Provincial del Tirol (Tiroler Landesmuseum Ferdinandeum), en Innsbruck
Fuentes
* Este artículo incorpora texto de la Encyclopædia Britannica de 1911
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