Querida Cris:
Hace tiempo que no te escribo, pero hoy que me tengo que quedar en casa forzosamente me acordé de ti.
Tienes razón cuando dices eso de que "nosotros creemos que conocemos a nuestros hijos, pero son ellos los que nos conocen porque tienen tiempo para estudiarnos desde que nacen". Teo se levantó aparentemente normal pero despues de desayunar empezó a retorcerse y quejarse. Intenté convencerlo que eso se le pasaría en diez minutos pero nada... así que pasé a las oraciones lapidarias...
"vale, te vas a la cama pero en esta casa no se pone la televisión ni se oye el ruido de una mosca"
Intentas aplicar una lógica, ya sé que eso de la multiplicación lo lleva fatal...¿¿Le preocupa algo? ¿Y si de verdad está mal?- Buscas, indagas en la experiencia... A mi siempre me viene a la memoria la infancia con mis abuelos. Recuerdo el enorme problema al que tuve que enfrentarme despues de haberle dado una bofetada a la hija de la maestra. Comencé la obra de teatro por la noche. Me fui a la cama sin cenar y a la mañana siguiente me contorsioné, gemí, me agarré la tripa con todas mis fuerzas, toda la actuación ante la mirada impasible de mi abuela.
Aquella mujer desalmada no se conmovía así que pasé a las lágrimas, pero de las de verdad, y cuando casi le había inundado la cocina me ordenó que me fuera a la cama. Me arrebujé entre las sábanas con una sonrisa de triunfo. Cuando la abuela entró en el cuarto con una botella y una especie de toalla blanca y me ordenó sacarme la ropa, comprendí que algo no iba a funcionar tan bien como había pensado. Me colocó con la cara contra la almohada y empezó a frotarme la espalda con aquel paño que ella aseguraba que era de lino y yo diría esparto. Daba tragos de aguardiente y los escupía sobre mi espalda, y frotaba, frotaba...cuando yo pensé que la piel ya había saltado a tiras me obligó a beber un trago de agua de Carabaña. Tenía la piel ardiendo, el interior de mi cuerpo se había agriado con aquella agua ¿Que más me podía pasar? Volvió a entrar en la habitación, esta vez con una cataplasma de vinagre que colocó sobre mi cabeza. Yo estaba confusa, mucho- miré por la ventana, la lluvia golpeaba fuertemente los cristales. Aquel día comprendí que a veces no hay más remedio que hacer frente a los problemas...
Al día siguiente, los niños en la escuela me hicieron un pasillo cuando entré ¿Se había publicado la noticia en todos los periodicos del mundo? Me senté con la cabeza baja esperando a que Doña Josefa me ordenara extender las manos para darme con la vara...nada ocurrió
Gracias abuela por haberme curado a escupitajos!
¿Que hago amiguiña? ¿Le dejo entrar en el ordenador? ¿Le digo que te vaya a limpiar el acuario? O.....¿Le doy unas friegas de aguardiente?
1 comentario:
Como decía un tipo muy peculiar. El que nos toman el pelo, es el evangelio.
Al contrario que Teo (Mi debilidad) En lo de ir a la escuela, era mi debilidad, si amanecía con unas decimas, me iba al baño a refrescarme, para que mi madre (Dura ella) no dijera aquello: Hoy, no vas a la escuela, cuando las decimas no bajaban, ni echándome agua fría, el agua de un pueblo, cuyo nivel es de 1482 metros, lo cierto, es que la diosa fortuna me dotó de una salud de acero (Para, que unos desalmados)me dejaran de esta guisa. Recuerdo muy bien, la frase que me expresó uno de los "médicos" del equipo, que intervino en la felonía. Lo que tenemos muy cierto, es que no se escapará ni una sola placa de la que les hemos puesto, hemos dado vueltas a las tuercas..., doblemente estúpido, el tipo: Él mismo se descubrió, no pudieron llevar a cabo lo que ya habían tramado, se les frustro a los miserables, lo que ya tú sabes, a pesar de ver la perfección del interior de mi carcasa. en psicología ni nota tenían. Me rompí un tobillo, no te puedes imaginar, las muchas escayolas, que me pusieron hasta traspasar la rodilla, montaba a caballo, bajaba al rio, me subía a los cerezos para tomar sus primeros frutos-Que si tacones de zinc, con estos no vas a poder- se equivocó don Miguel, el metal, considerado entre los más duros, se desgastó. Me dieron por caso perdido, hoy cualquiera con mucho menos gravedad, estaría todo el día, quejándose y en la cama. Mientras, esta tonta, sigue faenando, buscando la forma, de poder llevar a cabo, las tareas tan desconsideradas, como son las de la casa, bien sabes, que mis múltiples caídas, me han costado, roturas, que solas, han curado. Aguato el dolor, hasta perder la consciencia. En fin, que trasto con salud de acero nací, decían de mi, que era muy inteligente..., lo dudo y mucho, creo ser honrada, con lo cual, oscuro es mi ya casi acabado futuro. Empecé la carrera de Historia en la UNED. Lo que más siento, es que el titulo, (no por fala de voluntad) lo más posible, es que no lo llegue a obtener, más, mi cerebro funciona, como aquellos mis quince años. honradez, voluntad, lealtad, amor a raudales. Titulo que para si quisieran, aquellos que de las paredes cuelgan, cuantos, títulos y cuanta, mezquindad estos encierran. Ya sabes, aquello. La experiencia es un grado. Las desgracias, los palos fuertes, que me han dado en la vida, de títulos de codicia todos ellos están. En fin a fuer de repetirlo, me vas a tomar, por pesada, tu pluma, tu talento y tu bondad, son para quien esto escribe, la mejor de las medicinas, el buen humor que a raudales destilas, ha hecho una vez más, que salga de mi una sonrisa, Luz y tú, mis grandes talismanes, en mis horas bajas. Hasta me está entrado eso que llaman sueño y que desde hace ya demasiados años, me abandono, cuando, arriba por la codicia, se me fue lo que más AMO... ¡Gracias, por ese excelente relato! Merece una Editorial, que para si quisiera, la autora atonta-niños, Harry Potter. Mil Biquños. T
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