domingo, 29 de noviembre de 2020

Martin Johnson Heade




Lumberville, 1819-Saint Augustine, 1904

El pintor norteamericano Martin Johnson Heade fue en sus comienzos retratista y se dedicó tardíamente a la pintura de paisaje. Durante sus años de formación viajó por Europa durante tres años. Este primer Grand Tour marcó el inicio de una vida ambulante que mantendría durante toda su existencia. Entre 1840 y 1859 vivió en Filadelfia, Nueva York, San Luis, Chicago, Trenton y Providence.
El segundo viaje a Europa, al final de la década de 1840, motivó un cambio en su estilo, que derivó hacia una pintura de género más sofisticada. Hacia 1859 se instaló en Nueva York; allí contactó con algunos paisajistas como Frederic E. Church, que sería su gran amigo de por vida, y comenzó a pintar paisajes. A pesar de que expuso en varias ocasiones en la National Academy of Design, nunca llegó a ser miembro, y tampoco participó de forma especial en el mundo artístico neoyorquino.
Su estilo maduro, de gran precisión y luminosidad e influido por la obra de Fitz Henry Lane, a quien posiblemente conoció, fue bautizado posteriormente como luminismo. Los numerosos paisajes de la calma y esplendor de la atmósfera de las marismas son las composiciones que más fama le han proporcionado. A Heade, estos campos pantanosos le brindaban la oportunidad de plasmar los cambios climáticos y lumínicos.
Animado quizás por su amigo Church, entre 1860 y 1870 Heade viajó en tres ocasiones a América Central y del Sur (Brasil, Colombia, Panamá y Jamaica). En estos viajes, además de paisajes, pintó flores y pájaros exóticos. De la combinación de estos motivos, salieron sus originales naturalezas muertas de orquídeas y colibríes sobre fondos de paisajes tropicales que han sido reconocidas como la parte más original de su obra.
En 1883, con sesenta y cuatro años, se casó y se trasladó a Saint Augustine, en Florida, donde siguió pintando las flores tropicales del lugar. Allí moriría años después completamente olvidado por el mundo artístico.




sábado, 28 de noviembre de 2020

Lorenzo Delleani




 Pollone, 1840 – Turín 1908) fue un pintor italiano.

Estudió en la Academia Albertina de Turín, alumno de Cesare Gamba e Carlo Arienti. Al principio, se dedicó a la pintura de historia recibiendo múltiples reconocimientos oficiales. En1874 expone en el Salón de París.
 Hacia fines de la década de los 70 se percibe un cambio progresivo de sus capacidades expresivas y su repertorio temático, hacia una renovada atención al estudio del verdadero paisaje. Con el inicio de los ochenta se dedica exclusivamente a la pintura en plein air, utilizando pinceladas densas que capturan la luz, adoptando como tema preferido paisajes piamonteses mostrados a través de los cambios de luz y de las estaciones.

En 1899 participa en Tercera Exposición Internacional de Arte de Venecia.

Su participación en la Bienal de Venecia en el año 1905 con alrededor de cuarenta obras y su partecipación en la Exposición Internazionale de Arte de Mónaco, en el mismo año, marcaron el éxito internacional del artista.

En Turín se ha nombrado una calle en su honor. El mismo reconocimiento ha recibido de las ciudades de Biella, NovaraChieriSantena y Milán.

Entre sus obras, se encuentran numerosos paisajes de montaña, caracterizados por colores brillantes y por una pincelada da colori brillanti e da una pennellata pastosa y rápida. Particularmente apreciadas por los coleccionistas son las obras del periodo entre 1883-1889. A Delleani no le gustaba pintar la ciudad sino paisajes naturales, sobre todo de la zona de Biella. Sus lugares preferidos fueron Turín, donde pasó muchos inviernos, Biella, Pollone y el castillo de Miradolo, casa del conde Cacherano di Bricherasio y en particular de la condesa Sofía, su alumna predilecta.

En el centenario de su muerte, se han establecido, al mismo tiempo y de manera coordinada, tres importantes muestras de su obra: "Delleani ed il suo tempo" en el Palacio Bricherasio en Turín, "Delleani ed il cenacolo di Sofia di Bricherasio" en el Castello de Miradolo en San Secondo di Pinerolo y "Delleani la vita e le opere" en el Museo del Territorio Biellese en Biella.




viernes, 27 de noviembre de 2020

Johann M. Culverhouse




 Nacido en Rotterdam el 29 de agosto de 1820. Se hizo un nombre como "pintor a la luz de las velas", especializado en escenas nocturnas iluminadas por la luz de la luna o de las velas en la tradición de la pintura holandesa del siglo XVII. En la misma tradición, también pintó temas de género, incluidas tabernas ruidosas, mercados concurridos y calles bulliciosas.

A veces se dice que  estudió en la Academia de Dusseldorf, pero esto es poco probable, ya que su nombre no aparece en sus listas. Vivió y trabajó en Rotterdam hasta 1845 y en La Haya en 1846. Expuso en Groningen en 1845 y en Rotterdam en 1846 antes de llegar a los Estados Unidos. Se desconoce el año de su llegada. Principalmente los registros de exposiciones y su trabajo documentan la vida de Culverhouse en Estados Unidos.
Expuso en la Academia Estadounidense de Bellas Artes en 1849, en el Boston Athenaeum y la New Jersey Art-Union en 1851, y la Academia Nacional de Diseño y la Academia de Bellas Artes de Pensilvania en 1852. La American Art-Union en Nueva York adquirió y exhibió siete de sus pinturas en 1849 y las distribuyó a sus suscriptores. 
Se cree que regresó a Europa a finales de la década de 1850. Expuso en los Salones de París de 1857, 1859, 1861, 1863 y 1864, dando un discurso en París. Expuso en Amberes en 1861 y en Ámsterdam al año siguiente.

A mediados de la década de 1860, Culverhouse estaba de regreso en Estados Unidos. Expuso en la Academia Nacional de Diseño en 1865 y 1866, dando un discurso en Nueva York, y en la Academia de Bellas Artes de Pensilvania en 1867. En diciembre de 1871 se había establecido en Syracuse, Nueva York. Notas de diversas fuentes en la colección de la Asociación Histórica de Onondaga proporcionan un breve registro de su estancia allí. El Syracuse Journal del 12 de diciembre de 1871 informó que abrió un estudio, galería de arte y tienda de marcos  en 47 Genesee Street. El edificio se muestra en la pintura de Culverhouse de Siracusa a la luz de la luna, ahora titulada "Clinton Square - 1871" (Asociación Histórica de Onondaga, Siracusa).

Según el directorio de la ciudad de 1872, Culverhouse se alojaba en el hotel St. Charles.
Varias de las pinturas de Culverhouse se mostraron en la exposición de otoño de la Asociación de Arte de Brooklyn en 1877 y una en la primavera del año siguiente. Aunque se dice que murió alrededor de 1889, se desconoce la fecha y el lugar de su muerte  exactamente.
A juzgar por su historial de exposiciones esporádicas, Culverhouse llevó una vida itinerante. Quizás, como se ha sugerido, regresó a Europa varias veces. Aunque trató de adaptarse al mercado estadounidense pintando escenas locales, siguió siendo un firme adherente a las tradiciones holandesas. Su elección de temas y el estilo de sus pinturas conocidas reflejan este trasfondo europeo.

jueves, 26 de noviembre de 2020

Pere Ysern i Alié




 Ysern i Alié, Pere. Barcelona 31.VIII.1875 – 5.IV.1946. Pintor.

En su juventud habría tenido relación con grupos anarquistas. Rechazado por la escuela oficial de la Llotja de Barcelona, ingresó en la Academia de Pere Borrell del Caso. En 1894 expuso un dibujo en la Exposición General de Arte barcelonesa. 

Formó parte del grupo de El Rovell de l’Ou. Marchó a Roma a ampliar estudios, con el maestro Ramon Tusquets, en 1896, y allí recibiría quincenalmente, hasta su regreso en abril de 1898, la extraordinaria revista manuscrita titulada con su apodo Il Tiberio (Barcelona, Arxiu Borràs), con la que sus compañeros de grupo —Ramon Riera, Marià Pidelaserra, Juli y Ramon Borrell, Gaietà Cornet y otros— le mantenían al corriente de la actualidad catalana. 

Colgó dos pequeños paisajes romanos en la Exposición General de Barcelona de 1898. En primavera de 1899 marchó a París con el pintor Pidelaserra y el escultor Emili Fontbona. Allí expuso en el Salon de la Societé Nationale de 1900, y asistió a la Academia Colarossi, donde fue discípulo de René Prinet y trabó perenne amistad con Anglada-Camarasa. Participó en 1901 en la Exposición Internacional de San Petersburgo, y en julio del mismo año hizo su primera exposición individual, en la Sala Parés de Barcelona. La segunda la realizaría allí mismo, en 1903, y en 1905 participó en una reivindicativa colectiva de jóvenes en la misma sala. Su estilo en aquella época era lo más ortodoxamente impresionista que se había visto en Barcelona, junto a la obra de su amigo Pidelaserra. Concurrió también en París a la Exposición de Artistas Españoles residentes en Francia (1903).


Aunque siempre se mantuvo vinculado a Cataluña (con estancias repetidas en Barcelona y Tossa), así como luego a Mallorca, había fijado su residencia en París, donde participó en muchos salones, especialmente en los de los Independientes (1904 y cada año de 1906 a 1914). Obtuvo segunda medalla en la Exposición Internacional de Arte de Barcelona de 1911, e hizo diversas exposiciones individuales más en Barcelona (1917, 1925, 1927, 1930, 1935), ciudad en la que participó habitualmente en las exposiciones oficiales de arte (1920, 1921, 1922, 1923, 1929, 1933, 1935, 1936). Colaboró en la revista de Bruselas L’Art Libre, donde dio a conocer la moderna escuela catalana (1916). En París también expuso, con Joaquim Mir y otros (Galerie Balzac 1925), e individualmente (Galeria Henri Manuel 1928). 

Regresó a Barcelona en verano de 1939, y una sordera progresiva fue aislándolo al tiempo que reavivó su vieja amistad con Pidelaserra. En esta etapa final participó en la exposición “París visto por...” (Barcelona 1943).




Real Academia de la Historia

miércoles, 25 de noviembre de 2020

ENRIQUE SAINZ




 (Matamorosa, Cantabria, 1853-Madrid, 1898). Pintor español especializado en paisajes, que también cultivó el retrato y la pintura de género. De origen humilde, comenzó a pintar y a dibujar a raíz de un accidente que le produjo la cojera a la edad de quince años. 

Después, gracias a una pensión de la Diputación de Santander, pudo trasladarse a Madrid, donde tuvo oportunidad de estudiar primero con Vicente Palmaroli, y después con Carlos de Haes en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. El Museo del Prado conserva dos dibujos y cuatro lienzos, entre ellos el óleo El descanso. Estudio del pintor. ¿Qué pensará?, que fue premiado con tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1876. Posteriormente, en las ediciones de 1881 y 1890 de la misma Exposición, obtuvo segunda medalla por los lienzos titulados Vista de un jardín y El nacimiento del Ebro. Poco después, en enero de 1899, el Círculo de Bellas Artes organizó una importante exposición de sus obras.


MUSEO NACIONAL DEL PRADO

martes, 24 de noviembre de 2020

JOHN LAVERY

 



 (Belfast, 1856-1941). Pintor británico. Estudió en Glasgow, Londres y París. Trabajó primero como ayudante en el estudio de un fotógrafo, retocando negativos y coloreando fotografías, lo que tal vez marcara su afición a la pintura de retratos. 

Entre 1881 y 1883 estuvo en Francia; en París estudió con Filippo Colarossi y en la Academia Julian; también pasó una temporada en 1883 en Grez-sur-Loing, al norte de Francia, con la colonia de artistas que se reunía allí, y pintó paisajes al aire libre bajo la influencia del «realista» Jules Bastien-Lepage y de los impresionistas; allí conoció a otro pintor irlandés, Frank O'Meara. En 1885 volvió a Glasgow, donde se convertiría en la figura principal de los renovadores Glasgow Boys, con David Young Cameron y Ernest Atkinson Hornel; después, se trasladó a Londres, donde abrió estudio y empezó a exponer con éxito en 1886 en la ­Royal Academy. 

John Lavery triunfó como cronista de la alta sociedad tanto en Inglaterra como en Irlanda y Escocia, en parte gracias al aire mundano, elegante y sofisticado que lograba imprimir a sus personajes; un aire que lo emparenta con otro retratista de éxito, John Singer Sargent. Un encargo de la reina Victoria para que hiciera un cuadro de gran tamaño sobre la visita de la familia real a la exposición de Glasgow de 1888, que pintó en 1913, lo puso de moda como retratista, aunque siguió pintando paisajes, entre otros lugares en Tánger, donde tuvo una casa. El pintor que más influyó en John ­Lavery fue otro americano, James McNeill Whistler, y, a través de él, Édouard Manet y Diego Velázquez. 

En 1891 estuvo en Madrid, y copió cuadros del sevillano en el Museo del Prado (Baltasar Carlos y la reina Mariana), mientras afirmaba que «solo tenía ojos para él»; además, tuvo tiempo para ir a los toros una docena de veces. 

El conocimiento de estos artistas le sirvió para dar más importancia al color que al dibujo y emplear una pincelada suelta. La huella del sevillano se puede ver en sus retratos de Cunningham Graham (1893), Lady Lavery con sus hijas (1911) y El rey Jorge, la reina Mary y sus hijos (1913). 
A primera vista, Velázquez se convirtió en el ejemplo para los pintores victorianos. Francis Grant, autor del retrato de James Keith Fraser a caballo (1845, Paul Mellon Collection), reconocía que le debía gran parte de su éxito, y a Frank Holl le llamaban «el Velázquez inglés». 
John Lavery fue un pintor de éxito, que se movió cómodamente entre los grandes de Europa, a los que trató y retrató, además de hacer la crónica de hechos históricos. Ese papel como artista y como miembro triunfante de la sociedad le hacía sentirse cercano a Diego Velázquez. 
Su posición social y sus buenas relaciones le permitieron colaborar en las negociaciones para el tratado de 1921 entre Ingla­terra e Irlanda ejerciendo como diplomático. En agradecimiento, un retrato de su mujer figuró en los billetes irlandeses.


Museo del Prado

CARLOS DE HAES

 



Bruselas, 27.1.1826 - Madrid, 17.6.1898

De origen belga, Carlos de Haes se instaló en Málaga con su familia cuando contaba con tan sólo nueve años de edad. Allí recibió sus primeras enseñanzas artísticas, con el pintor canario Luis de la Cruz (1776-1850), retratista y miniaturista de cierta reputación. Sin embargo, fue a partir de 1850 durante su viaje de vuelta a Bruselas, donde se hizo discípulo de Joseph Quinaux (1822-1895), cuando entró en contacto con el paisajismo de las escuelas de Namur, Tervueren y Termonde, y donde forjó el estilo artístico que le daría su gran nombre en España.

En 1856 Haes regresó a España, coincidiendo su vuelta con la primera de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, en la que presentó con gran éxito algunas de sus obras. La buena recepción que se dio entonces a su pintura y, en gran medida, el descubrimiento de los espectaculares parajes del Monasterio de Piedra (Aragón), determinaron su establecimiento definitivo en España, a lo que ayudó también la cátedra de Paisaje que obtuvo en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, que acababa de quedar vacante, tras la muerte de Genaro Pérez Villaamil.

La plástica de Haes supuso una importante renovación del género del paisaje en España, puesto que se apoyaba en un contacto mucho más directo con la naturaleza, por sus frecuentes excursiones al aire libre para tomar apuntes y realizar bocetos de paisajes que le proporcionaron una perspectiva mucho más realista de como la concebían sus antecesores. En efecto, desde poco tiempo después de ocupar su cátedra, Haes alentó la salida al campo de sus alumnos para estudiar del natural paisajes como los de los alrededores de Madrid, a los que acudía con frecuencia.

Su nuevo éxito en la Exposición Nacional de 1860 vino de la mano de su recepción como académico de número, dictando un discurso teórico sobre los orígenes del paisaje. Otros escritos artísticos de Haes sobre asuntos técnicos y teóricos, tienen también una clara perspectiva muy cercana a la actitud comprometida con la docencia que marcó toda su trayectoria vital.

 Entre los años sesenta y setenta, viajó por numerosos puntos de la península, prefiriendo el interior del Levante español así como toda la cornisa cantábrica, buscando nuevos parajes de los que tomar referencias directas en forma de apuntes y de bocetos, que luego en su taller madrileño convertía en pinturas de gran formato. La síntesis de estas experiencias la plasmó en “La canal de Mancorbo en los Picos de Europa”, en la que la vivencia al aire libre frente a ese accidente geográfico queda todavía algo sometida a las fórmulas compositivas académicas, que justifican la presencia de figuras humanas o el engrandecimiento idealizado del perfil real del paisaje.

Haes también realizó algunos viajes por Europa después de la muerte de su esposa y de su hija, en 1877, acompañado por uno de sus discípulos más queridos, Jaime Morera (1854-1927). Fueron por el golfo de Gascuña, Bretaña y Normandía, en busca de los territorios natales del pintor. En esta época, su noción del paisaje comenzó a plasmarse en visiones algo más oscuras y melancólicas, seguramente fruto de la tristeza en la que se sumió al quedar sin familia.

 Hacia 1887 dejó de pintar y de salir al campo, acosado por la enfermedad que acabaría con su vida once años después. En esas fechas sus discípulos, sobre todo Jaime Morera, se ocuparían del cuidado del maestro y, a su muerte, consiguieron que el caudaloso contenido de su estudio –sus bocetos, dibujos y grabados-, que habían recibido como herencia del paisajista, pasara al recién inaugurado Museo Nacional de Arte Moderno de Madrid, fondos que ahora guarda el M

Museo Nacional del Prado

RICHARD PARKES BONING

 


1802 - 1828

Nacido de padres ingleses, Bonington pasó gran parte de su corta vida en Francia. Estudió inicialmente en Calais con Louis Francia antes de trasladarse a París. En 1818 conoció a Eugène Delacroix y se matriculó en el taller del barón Antoine-Jean Gros, donde entabló una amistad duradera con Paul Huet , un compañero de estudios.

Fue una de las estrellas del Salón de París de 1824 , donde triunfó el arte británico, y junto con John Constable y Copley Fielding recibió una medalla de oro.

Bonington era un viajero empedernido y pasó mucho tiempo explorando la costa norte de Francia. En 1825 visitó Londres con varios artistas franceses, entre ellos Delacroix, y en 1826 viajó por Suiza hasta Venecia.

Murió trágicamente joven por tisis a la edad de 26 años.

Bonington fue uno de los artistas más importantes de principios del siglo XIX, vital para la comprensión del arte francés y británico del período romántico . Su gama incluía pinturas históricas y temáticas, y paisajes, obras y bocetos de gran acabado, todo ello imbuido de una brillantez y seguridad de toque que fue muy admirado durante y después de su vida.