Noruega
Bergen 1788 - Dresde 1857
Johan Christian Clausen Dahl ejerció, a través de su pintura fuertemente imbuida de sentimientos patrióticos y románticos, una profunda influencia sobre el paisajismo alemán y noruego. Vino al mundo en Bergen, Noruega, en febrero de 1788. De 1803 a 1809 fue aprendiz de un pintor y decorador de interiores en su localidad natal, al tiempo que recibía clases particulares de dibujo. Su talento artístico fue pronto reconocido, y un grupo de acaudalados ciudadanos de Bergen le pagaron sus estudios en la Academia de Copenhague, en donde permaneció de 1811 a 1817, enseñando desde 1813 en la escuela de pintura de C. A. Lorentzen (1749-1828). Mientras estuvo en la Academia, Dahl también se preparó por libre, copiando de maestros holandeses y realizando numerosos estudios sobre la naturaleza. Con algunas de estas copias se ganaba la vida: Claudio de Lorena influyó en sus primeras pinturas italianizantes, mientras basaba sus obras de tipo 'noruego' en Jacob van Ruisdael. Estos maestros también influyeron en sus dibujos de la naturaleza, realizados en los alrededores de Copenhague. De esta época es 'Castillo de Frederiksborg a la luz de la luna' (1817).
En septiembre de 1818, Dahl marchó a Dresde, en donde permaneció hasta 1820. Allí causó sensación su trabajo entre los pintores más jóvenes, por el realismo de su aproximación a la naturaleza. Conoció a Caspar David Friedrich, con el que había de compartir casa, en la calle 'An der Elbe 33', hasta 1823. La actitud subjetiva y contemplativa de Friedrich le hizo comprender las posibilidades existentes más allá del realismo de la tradición danesa. Dahl fue invitado por el príncipe Christian Frederik (luego rey Christian VIII de Dinamarca) a la villa Quisisana en Nápoles, en donde residió hasta 1821, y aprovechó para hacer numerosas excursiones artísticas por la región. Regresó, pasando por Roma, a Dresde, en donde permaneció ya hasta su muerte en octubre de 1857, salvo ciertos cortos viajes a Noruega. Su estancia en Italia influyó sobremanera en su obra: los estudios al óleo, como 'Marina, Golfo de Nápoles', de 1821, demuestran una factura suelta y confiada, más atrevida. También le proporcionó una gran cantidad de temas para los cuadros ejecutados en Dresde: muy popular fue su 'Vesubio en erupción', de 1823, del que pintó varias versiones. Desde la capital de Sajonia realizó varios viajes en busca de motivos naturales a Bohemia, Silesia y el Riesengebirge. En 1824 recibió un puesto en la Academia, aunque no de tipo docente. Desde mediados de los años veinte, dominan los paisajes de tema noruego, tendencia que ya no abandonará hasta su muerte. En 1826 retornó a su patria, de la que realizó una serie de paisajes bien diferentes de los primeros de su juventud.
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