martes, 18 de enero de 2011
Mondrian/De Stijl
Tras conocer un auge especialmente intenso en la primera mitad del s.XX en diversos ámbitos, casi como una tendencia estética, el neoplasticismo entrará en dique seco pasados los años del pop y el racionalismo, a pesar de la profunda modernidad inherente a sus principios. Ahora, el Centro Pompidou (París, Francia) homenajea esta corriente, que no ha dejado de tener presencia en las artes, por medio de su representante más destacado, Piet Mondrian, y su grupo De Stijl, en una muestra donde los colores alcanzan una armonía característicamente reglada y arquitectónica. HASTA EL 21 DE MARZO DE 2011.
La exposición presenta obras desde el primer periodo de Mondrian, en el que el protagonismo recaerá en un naturalismo tendente a la abstracción por medio de la esquematización. Un punto de partida que marca la posibilidad del desarrollo de la compleja evolución conceptual de su obra hacia el equilibrio y la depuración que supone el neoplasticismo. Así, la exposición se divide en dos grandes apartados; el primero dedicado a las obras, pinturas y diseños que Mondrian realizará entre 1912 y 1938 en París: un centenar de obras en las que puede apreciarse una evolución desde el cubismo al neoplasticismo, de la "realidad natural a la realidad abstracta", y que sirven de excusa para explicar la influencia que su actividad artística tendrá en la capital francesa.
Un capítulo que se completa con la segunda parte de la muestra, dedicada al grupo De Stijl, donde se traza la evolución en paralelo del movimiento, una de las corrientes de vanguardia más inclinadas desde una posición social y estética a reinventar la tradición plástica por medio de un "arte total". Pinturas, diseños y fotografías albergan las ideas de autores integrantes como Theo Van Doesburg, el propio Mondrian, o Rietveld.
De esta manera, la exposición del Pompidou "entrelaza el curso de uno de los más grandes pintores abstractos del s.XX con uno de los movimientos más fecundos de la modernidad europea", dando al visitante una de las claves necesarias para la comprensión del arte moderno: la que supondrá la abstracción radical de una corriente que buscará en los colores primarios y la simplicidad un lenguaje universal, un arte perfecto, puro, reflejo de la estructura del universo y la armonía con el individuo.
Más información: Centre Pompidou
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