sábado, 17 de octubre de 2009

Fantin-Latour (1836-1904)


Bucólicos paisajes, retratos y bodegones de flores: Henri Fantin-Latour entra de lleno en la romántica escena pictórica del s.XIX. Una figura destacada del panorama artístico francés de la época cuyo escaso recuerdo posterior no ha impedido que el Museo Thyssen (Madrid, España) le dedique una impresionante antológica destinada a reexaminar y mostrar la obra de este artista de difícil definición.


Romántica, realista, simbólica... son varias las corrientes a las que se ha adscrito la obra de Henri Fantin-Latour, hija de un siglo ecléctico como el XIX. Es, sin embargo, el silencio, el equilibrio y la elegancia las notas destacadas de sus composiciones, por encima de cualquier valoración tipológica forzada. La sencillez es aparente en su producción, tanto en formas como en temas (muy limitados), y la labor de copista que llevará a cabo durante más de 20 años como forma de vida se vislumbra en la exactitud y la contemplación que emana de cada escena.

Excelente retratista -con una peculiar disociación de calidad entre sus retratos de íntimos y los de encargo-, será muy apreciado asimismo en el país vecino por sus magníficos bodegones florales, que tanto encajaban en el gusto sajón. En Francia el éxito comercial obtenido por este género "menor" no le valdrá reconocimiento alguno, sin embargo, si bien será aceptado como de los mejores pintores de composiciones grupales del momento. Una selección temática a la que hay que sumar sus alegorías, inspiradas en la música y la poesía (dos de las artes, junto con la literatura, más inspiradoras para el artista).

Su falta de adscripción a un grupo concreto, así como su rechazo a ingresar en una corriente impresionista con la que poseerá más divergencias que puntos en común, han propiciado un cierto olvido por parte de los estudiosos del arte . De esta manera, son escasas las exposiciones monográficas que se han resuelto hasta la fecha en relación a su producción; una falta que viene a enmendar el Museo Thyseen con una de las más importantes retrospectivas realizadas sobre el autor hasta el momento, en colaboración con la Fundaçao Calouste Gulbenkian de Lisboa (Portugal). Un total de 70 piezas seleccionadas, entre pinturas, dibujos y grabados , ofrecen ahora un recorrido por la vida artística de este artista discípulo de Courbet, amigo de Monet y Degas, e íntimo de Whistler.



Más información: Museo Thyssen-Bornemisza

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