Alicia, entre las habitaciones de sus padres, a quienes cuida con esmero, igual que a su hijo, que también es gran dependiente
«Las enfermedades no me hundieron, pero la Xunta sí que me va a hundir»
Alicia Gil cuida de sus padres encamados y de su hijo, pero solo cobra por uno, ya que en Vicepresidencia dudan de que pueda atender a tres grandes dependientes.
MI COMENTARIO- La ley de dependencia, esta ley que ya nació muerta porque no hace falta ser muy listo para darse cuenta que "la realidad iba a romper todas las estadísticas".
¿Que sucederá cuando nos demos cuenta las familias que no somos ONGs? Hemos asumido que los hijos son Cimex lectularius, "pobrecillos, han nacido en una época muy mala"... ¿Y si hablamos de nosotras, las mujeres? Que no nos tienten, porque si HACEMOS LA REVOLUCION DE VERDAD lo de la crisis será pura anécdota.
¿Veis las paradas de autobuses escolares? Es para una reflexión muy dura. Mujeres cuidadoras de maridos, de hijos, de nietos, de padres. Mujeres anuladas, invisibles y temerosas de envejecer por si el marido las abandona para irse con otra más joven.
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