viernes, 5 de diciembre de 2008

CHUNDA CHUNDA

DE VIGOBLOG


Los peores temores de cualquiera vuelven con la caída de la hoja. El monstruo bicéfalo en que han convertido el "Ay untamiento", también conocido como "Casa con historial", ha vuelto a escenificar el patio de colegio en el que se mueven quienes fueron elegidos para hacer otras cosas.
Como los niños pequeños, se andan con que si esa cosa es mía que me la dieron las urnas, que si tú no le haces caso y yo juego con ella, que si pues entonces paga tú los arreglos, que si estaba yo primero, que si patatín, que si patatán...
Y no les da vergüenza presentarse así ante nosotros. Y a mí que no me vengan con que "la política es así", porque "así" es como ellos la entienden, no como debiera ser. Un axioma: PSOE y BNG no se soportan (del PP para qué hablar, que bastante tiene con ir de oposición), por mucho que crean habernos convencido de lo contrario.

El caso de la Banda Sinfónica da para mandarlos a freír espárragos y obligarlos a que se los coman. El Xesus (así, sin tilde, que es como él quiere que se diga) se ha subido por las paredes porque "llevaba meses" con el asunto, y ahora se le adelanta el alcalde y quiere quedarse con el santo y la peana. El "voceador" de Caballero para asuntos espinosos, el tal López Font (que creo que sigue viviendo de matute en el pisazo del Puerto), se calzó la celada, rescató la lanza del astillero, subiose al Rocinante de turno y apuntó, a galope tendido, a un resquicio de la armadura de Xesus: "Eso es una pataleta pueril". Coño, parece que van dándose cuenta de que es en el patio del colegio por donde se mueven.
Y, sin solución de continuidad, pasan a las amenazas: que si no va a ir ni uno de los nuestros a la presentación; que se paralizará cualquier "injerencia"; que si a ver si vamos a tener que eliminar el convenio con las bandas de música populares (que son 160.000 euros); que si, pues qué bien, y que si patatín que si patatán.
Y, entre tanto, los demás con un palmo de narices, asistiendo a la pelea que puede dejar sin dinero a las bandas de música, por culpa de la Banda Sinfónica.

El asunto tiene sus antecedentes, desde que el concejal de Cultura del Gobierno Soto, Paquiño Santomé, al que algunos conocían como "kai ko sono", decidió que no necesitábamos para nada aquella Banda Municipal de Música y, entre una jubilación por aquí, un traslado de departamento por allí, sus componentes pasaron a funcionarios de no se sabe qué, con la categoría de técnicos medios, para no hacer nada en donde fueran reubicados. El tiempo y la Seguridad Social se fueron encargando de eliminarlos de la nómina municipal, no sin antes aprovechar algunas de las habilidades particulares de varios de los músicos, como el caso del fundidor aficionado Lino Cao, que acabó trabajando en casa y vendiéndole placas de bronce (arte en bronce, decían) al Ayuntamiento.

De la "profesionalidad artística" del fundidor puede dar idea el que, siendo alcalde Castrillo, se le encomendó restaurar la placa de bronce de la calle Eduardo Iglesias. La placa era del renombrado escultor valenciano Mariano Benlliure y se instaló a principios del siglo pasado. Ya no está, porque el artista se puso a pulir la pátina que recubría el busto de don Eduardo, ignorante él de que esa pátina "verdescente" era intencionada. Castrillo, como no se podía colgar en la esquina donde se ubicó "C&A", le hizo un pedestal en granito negro, para que resaltara, del que nunca más se supo.
Pero ahora vamos a tener Banda Sinfónica. Y ¿qué es una banda sinfónica? Pues, según la wikipedia, una banda de música "a la que se le incorpora un violonchelo o un contrabajo". ¿Se enteran?

Pues voy a decirles algo que pondrá de relevancia la estupidez de unos y otros, se llamen Abel, Xesus, Paco, Lois o Santi: lo mismo hicieron en A Coruña hace 20 años, más o menos cuando lo de Santomé, para darle sentido a los funcionarios músicos de su banda. Pero enseguida se percataron de que no basta con un par de instrumentos de cuerda adicionales, y la Banda Sinfónica de A Coruña duró lo que un chocolate a la puerta de un colegio para que, ya metidos en gastos, pudiese alumbrarse una Orquesta Sinfónica.
Pero por aquí sigue habiendo todavía quien no ha salido de la corredoira y sólo es capaz de "visualizar" unas cuantas berzas y un par de viñas plantadas a los lados.
La verdad es que ponerse a pensar en que el destino de las bandas de música depende de que Xesus se cabree y deje de subvencionarlas, porque su socio de gobierno se esté dando a las injerencias, alegremente, como quien se da a la bebida, es como para echarse a temblar.

Después de casi cuatro años de ocurrencias, megalomanías, todo va bien señora baronesa, y tú de quién eres, o aquello de "la primera, sin 'chiscar' en ella; la segunda, culada que te confunda", podemos "visualizar" perfectamente el horizonte: aquí, como en el matrimonio, caben la separación de bienes, las declaraciones a Hacienda separadas, y las lógicas deducciones de la cuota íntegra y a quien dios se la dé san pedro se la bendiga. Pues no.
Pero de enterarse de que nadie fue llamado a elegir dos gobiernos, dos alcaldes, dos áreas de responsabilidad política, nada. Y el caso es que están convencidos de que nos han convencido de que esto tiene que seguir así, en plan "amiguiños sí, pero a vaquiña polo que vale".

Y luego pretenderán que les sigamos el juego a base de señalar lo malos que son los otros y lo buenos que son los nuestros, a pesar de que ya no queda mucha peña que los considere (a unos, a otros y a los demás) como "de los nuestros". Son ya una casta aparte, con un discurso que sólo vale para su manejo interno, que se aleja cada vez más del de los ciudadanos y que acabará con una ciudadanía aborregada, distraída de lo que le hacen con sus cosas e ignorante de que esas cosas las utilizan ellos para lo suyo y no para lo nuestro.
Y aún pretenden que los queramos.
¡¡Hay alguien más ahíiiii!!

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