domingo, 28 de septiembre de 2008

ENTRE JUGUETES EROTICOS Y FONDOS SONOROS DE ORGASMO SOSTENIDO

PARA ESCUCHAR MIENTRAS SE LEE






FERNANDO FRANCO

Faro de Vigo, 28 septiembre 2008

Rosa Iglesias nació hace poco más de un siglo en Xinzo, esa parroquia de Ponteareas en la que se eleva un Monumento a la Peixeira por la intensa vinculación al mar de sus gentes de interior. En 1913, apenas cumplidos 16 años, Rosa era una de aquellas mujeres que tres veces por semana caminaban casi a mitad de un día desde XDinzo al Berbés de Vigo sorteando montes y valles para llegar de noche al puerto, esperar la llegada del pescado dormitando al descuido y hacer el camino inverso hacia Ponteareas a primeras horas de la mañana aplastadas cada una por una patela de 50 kilos de pescado sobre la cabeza. A cualquiera de aquellas peixeiras de la edad de nuestras abuelas, para las que la palabra sexo era un exabrupto, un vicio burgués de tiempo libre y su comisión un sórdido pecado de la carne, le daría un derrame sólo con imaginar que sus nietas iban a poder asistir en sitios como Vigo a "talleres" subvencionados por el ayuntamiento para aprender a disfrutar de su cuerpo, entre juguetes eróticos, puntos G y fondos sonoros de orgasmo sostenido. De un país acosado por el hambre a otro urgido en responder a otros apetitos.

Hoy del sexo hay policultivo y multiconsumo, se manifiesta por todas partes sin permiso y entra en tu casa de un modo zafio, tóxico, primitivo con sólo hacer un zapping en la televisión por la noche o abriendo ese supermercado de la carne muchas veces al borde de la ley en el que Internet permite el fisgoneo. Hoy el número de revolcones que consigue un adolescente aún sin despiojar deja a los mejor en mantillas las gestas de los casanovas históricos. Sus bisabuelos, para ver a una mujer desnuda o incluso unas rodillas en toda una vida, habían de casar para siempre, tener una tapada o ir de mancebías; y sus bisabuelas no digo: se morían sin haber visto más que un varón en porretas y malamente, siempre que tuvieran amo y hubieran podido atinar algo en la oscuridad del tálamo nupcial. Hoy un niño de diez años puede conocer del cuerpo humano hasta sus rincones más reconónditos porque está expuesto a una invasión pornográfica de realismo sucio y comercial a través de una pantalla que muestra sin rodeos, con un exhibicionismo detallista y una naturalidad de cópula simiesca, lo que antes se suponían como actos reservados a la intimidad entre los humanos. Antes por defecto, ahora por exceso pero no se advierte mayor equilibrio emocional y, paradójicfamente, siguen siendo necesarios talleres como el del aprendizaje de la sexualidad que volverá a llenar el aula en Vigo.

Una cosa son, en cualquier caso, los fugaces revolcones adolescentes o la autocomplacencia onanista con miles de imágenes pornográficas a las que hoy puedes acceder desde el salón de tu casa. Otra es tener una sexualidad satisfactoria a lo largo de la vida, secuestrada por la incomunicación, el trabajo absorbente o el mismo matrimonio, que la coarta y monotoniza. ¿Cuanta gente nos rodea insatisfecha? Y lo que si es cierto es que hay en España una generación estafada: no sólo les ha tocfado el hambre de la posquerra sino una imperdonable hambruna sexual impuesta por el poder político y eclesial que la llevará a la tumba sin curriculum carnal, sensual, erótico. A sus nietos, lo peor de lo contrario: les desborda un apabullante comercio de la genitalidad, la forma más inferior de la sexualidad humana.


MI COMENTARIO-

Querido Fernando, yo no había leído lo de los "talleres", pero ya se encargó una pareja de amigos, un poquillo alterados, de decirmelo, como si yo FUERA LA CULPABLE DE LOS MALES DEL MUNDO.

Pasado el primer impacto, pensé: Ahhhh pues mira, no está mal, que siempre he tenido ilusión por saber como es eso de "las bolas chinas" y es la ocasión, que una vez escuché en un programa de radio a una señora que decía que es un "invento fantástico". Te las pones por la mañana y hasta las colas del autobús, para coger entradas para un espectáculo, etc, se te pasan en un soplo y además en "pleno goce"... Fernando que esto de la crísis está fatal, a dia 15 ya estamos haciendo cuentas y si esto de los "artilugios" nos alivia pues bienvenidos sean. Ahhhh y no hablemos de las preguntas sin respuesta, esas dudas existenciales que las mujeres todavía tenemos...

El otro día me dijo una amiga, muy seria: ¿Sabes? Toda la vida he creido que soy frígida y ahora pienso ¿Y si no lo soy? ¿Y si lo que me ocurre es que he sido "mal utilizada"?

No sé si esos talleres nos resolverán las dudas y tampoco intento acceder ellos, por lo menos de momento, porque la cola de mujeres es tan larga que ni las bolas chinas podrán suavizar la espera.

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