Gracias a Olga la panadera que
gritó: "Ehhhhhhh que os jonkis están roubando o boneco". Inés asomó la
cabeza y vió como POCOMOCO bajaba en volandas por Elduayen. Inés echó a
correr, el electricista de Electricidad Vidal salió corriendo de su
establecimiento tambien. Yo me partía de risa imaginando aquel muñeco de
dos metros, piel de pana rosa corriendo por las calles de Vigo. Cuando
consiguieron parar a las rateras solo se atrevieron a decir "Que pasa
tía, o le echas valor o no te comes un rosco"
Ahora PocoMoco sigue estando en
la calle, pero está atado con una cadena...El Paseo de Alfonso tiene su
propia personalidad. Los niños gitanos pasan son sus triciclos y piden
paso con un megáfono, unas señoritas minifalderas de largas melenas
piden pitillos a los mozos y estos no se los niegan al escuchar aquellas
voces y la nuez de la garganta, pero lo mas surrealista es cuando
veo pasar un chico paseando una palmera.
La planta iba sobre una maceta
de ruedas atada con correa de perro. Inés me dice ¿Salgo y le digo que
no es un perro?- No, le contesté ¿Hay alguna ley que prohiba pasear
palmeras? Ademas mucho mejor para la humanidad, ¿O no? Que una palmera
no deja sus "huellas" por las aceras...
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