España
Avilés 1614 - Madrid 1685
Carreño es uno de los mayores retratistas de la Corte española durante el "reinado pictórico" de Velázquez,
de quien era buen amigo. Nacido en el seno de una familia noble, aplicó
a sus lienzos el estilo aristocrático de su forma de vida, captando con
elegancia y psicología a los personajes de la Familia Real y de la
Corte madrileña. Su forma de pintar se vio influida, aunque ligeramente,
por Velázquez y por Rubens. Su obra es mayoritariamente retratística a partir de 1669, año en el que se le nombra pintor del rey. Pero también dejó unos frescos religiosos en la catedral de Toledo, que hablan el idioma del Barroco pleno.
Carreño legó una impresionante colección de retratos, que se hallan casi en su mayoría en el Museo del Prado. Recogió el tipo de retrato oficial, elaborado desde Antonio Moro
en el siglo XVI, y que había ido evolucionando hasta el XVII. Es un
tipo de retrato solemne, muy austero, en tonos pardos y con fondo
neutro, sin detalles ni recreación sobre adornos, joyas, fondos de
paisaje o demás, y sin apenas alusiones visibles a la dignidad del
retratado, que impone su status con su pose y su presencia digna.
Carreño y Velázquez heredan directamente su estilo de una Escuela de
retratistas muy importante, en la cual participaron Sánchez Coello y Sofonisba Anguissola.
Ref. Arte Historia
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