España
Córdoba 1616 - Córdoba 1668
El hecho de residir en Sevilla significaba para un pintor tener la posibilidad de conocer de primera mano la obra de Zurbarán y Murillo,
así como de gozar de un amplísimo mercado pictórico sobre América.
Puerto internacional, Sevilla fue de las primeras ciudades españolas en
recibir la influencia del Naturalismo tenebrista,
estilo en el cual destacó este pintor que nos ocupa. Durante su primera
etapa, de fuerte influencia sevillana, Castillo trabajó los temas
típicos del tenebrismo caravaggesco: bodegones, martirios, etc. No sólo
Zurbarán fue su modelo, sino que a través del puerto sevillano no
dejaban de llegar obras de Ribera,
quien las enviaba desde Nápoles a sus clientes andaluces. Sin embargo,
pocos años estuvo en Sevilla. Casi la mayor parte de su vida la pasó en
Córdoba, ya que era una ciudad con menor competencia para un pintor.
Allí continuó con su estilo, hasta que en la capital andaluza la
influencia de Zurbarán fue sustituida por la del joven Murillo, más
amable con sus cuadros de angelitos entre nubes rosas y doradas. También
Castillo se dejó seducir por la novedad que planteaba Murillo e
introdujo la suavidad de colores que el otro había aprendido de los venecianos. Mantuvo este estilo más suavizado hasta el final de su vida, que apenas superó los cincuenta años.
Ref- Arte Historia
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