Cildo Meireles: experiencia del mundo
El artista brasileño despliega en Madrid sus trabajos más conocidos, que buscan la complicidad del espectador, a partir de potentes experiencias sensoriales
Si hay un adjetivo que pueda aplicarse en toda su amplitud a la obra de Cildo Meireles (Río de Janeiro, 1948) es sensacional, por cuanto sus contundentes instalaciones, formadas por miles de artefactos, no dejan indiferente al público, a quien además corresponde su experimentación a través de los todos los sentidos y no sólo de la vista.
Un ejemplo es Abajur (2010), una lámpara gigante, que recuerda a los antiguos aparatos cinematográficos, compuesta por escenas marinas que se iluminan por efecto de una dínamo, accionada con el esfuerzo de los visitantes, reproduciendo el sistema por el que los esclavos hacían surcar los mares a las antiguas galeras.
Esta es una de las cien creaciones de Meireles que se pueden ver en el Palacio de Velázquez del Parque del Retiro de Madrid, en una exposición organizada por el Museo Reina Sofía, el Museu de Arte Contemporânea de Serralves (Oporto) y el centro HangarBiccocca de Milán, donde viajará a partir de octubre.
Meireles es uno de los grandes nombres de la creación actual, pionero en el desarrollo del arte conceptual en los años setenta. Sus primeras influencias se enmarcan en el arte neoconcreto surgido hacia 1959 en Brasil como contrapunto al constructivismo más dogmático de la Abstracción Geométrica Latinoamericana, con nombres como Lygia Clark, Lygia Pape, Almilcar de Castro y Franz Weissmann.
En los últimos tiempos, su trabajo se ha orientado hacia una reformulación del arte conceptual, sin renunciar al sentido crítico que siempre le ha caracterizado. Trata ahora de implicar directamente al espectador en estos posicionamientos, mediante experiencias sensoriales.
Desde que en 1969 la policía cancelara su exposición en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, solo tres horas antes de la inauguración, Meireles no ha cejado en sus críticas hacia las dictaduras latinoamericanas y las políticas imperialistas de Estados Unidos.
Otra de las instalaciones que se van a poder ver en Madrid, expuesta por primera vez en España, es Amerikkka: 20 mil huevos dispuestos en el suelo, bajo un amenazador techo formado por más de 50 mil balas. Metáfora que se opone a la justificación de la violencia por parte de la Asociación Nacional del Rifle estadounidense. También Olvido (1987), una tienda típica de los indios nativos americanos hecha con seis mil billetes de diversos países dispuestos sobre fémures de buey y rodeada por 70 mil velas, en una crítica de la dominación colonial.
Aunque son quizás estas las piezas más llamativas, la exposición despliega dibujos, pinturas y esculturas de Meireles, que dan cuenta de otras vertientes en su producción, como, en la línea de sus primeras influencias, son la redefinición de los lenguajes abstractos o la equiparación del sonido y lo visual en un mismo plano de la percepción, ampliando los límites del arte como experiencia del mundo.
Más información: Palacio de Velázquez, Parque del Retiro, Madrid.
Hasta el 29 de septiembre
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